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JeongHan acomodó su mochila sobre sus hombros mientras arreglaba su cabello rojizo, saludando con educación a las personas que pasaban por el camino

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JeongHan acomodó su mochila sobre sus hombros mientras arreglaba su cabello rojizo, saludando con educación a las personas que pasaban por el camino. Ese día habían salido temprano y se había dirigido directo a su casa, pese que sus amigos pidieron una salida por el centro comercial, él se sentía cansado, sólo quería llegar a tirarse a la cama y dormir.

Soltó un suspiro y agachó la mirada a sus tenis. notando que uno de sus cordones estaba suelto. Se detuvo y agachó, sin verificar primero si venía alguien detrás. Empezó a amarrar sus cordones cuando una voz rasposa se aclaró detrás.

─ ¿Me das permiso?

─ Ah sí, claro... ─giró para ver a esa persona.

Joshua Hong lo miraba aburrido. JeongHan tragó saliva, se levantó y se hizo a un lado, dejándolo pasar con una sonrisa tímida. El pelinegro hizo un pequeño gesto con la cabeza, retomando su camino. JeongHan lo observó hacerse pequeño hasta que se convirtió en una mancha oscura.

Todos los días lo veía caminar a casa por esas mismas calles, todos los días compartían una que otra palabra o incluso se iban juntos en el mismo autobús, pero como siempre, era difícil para JeongHan mantener una conversación con ese chico, pues parecía odiarlo. Su rostro siempre era inexpresivo, cortante e incluso podría decir que lo ignoraba en ocasiones, ¿Habrá hecho algo que le molestara? No lo recordaba.

Salió de su casa por el mandado a la tiendita de la esquina que le había encargado su hermano

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Salió de su casa por el mandado a la tiendita de la esquina que le había encargado su hermano. Sacudió su playera sin mangas y empezó a caminar hasta dicho puesto. La señora Lee era una mujer mayor con una sonrisa amable que siempre atendía a sus clientes de buena forma, incluso llegó a tener una pequeña amistad con ella.

─ JeongHannie, qué bueno verte por aquí. ─saludó la señora, llevando una caja de cartón grande fuera de la tienda.

─ Buen día, señora Lee. ─saludó amable─ ¿Necesita ayuda con eso? Se ve pesado.

─ Oh no, no, no quiero molestar.

─ No es ninguna molesta, señora Lee. Me gusta ayudar. ─le sonrió.

─ Bueno, está bien. Allá atrás hay otras tres cajas. ─señaló la puerta.

JeongHan rió, entrando a la pequeña casa Lee y cargando una caja verdaderamente pesada entre sus brazos. Hizo una mueca, tomando una respiración para luego empezar a caminar hacia la salida. La dejó sobre la otra, sacudiendo sus manos, volviendo a entrar para buscar la otra caja la cual era más pesada. Quiso preguntar, pero lo veía irrespetuoso.

─ ¿Yoon JeongHan?

Esa voz lo detuvo, mirando al chico pálido frente a él con semblante confundido. JeongHan parpadeó varias veces, recordando que seguía cargando la caja, entonces la dejó en el suelo.

─ Hola, Joshua. -saludó con una sonrisa amable.

─ ¿Qué haces?

─ Ayudo a la señora Lee con unas cajas. -se encogió de hombros-─ Listo señora, ¿Hay algo más en lo que pudiera ayudarle?

─ No cariño, está bien. ─le respondió con una sonrisa para atender a los dos─ ¿Qué necesitan?

─ Tú primero. ─JeongHan se hizo a un lado.

─ Tú llegaste primero.

─ Pero quiero que tú vayas primero. ─insistió con sus manos.

Joshua no le dio más vueltas al asunto, por lo que dio dos pasos al frente y miró los productos de la tienda.

─ Me das tres botes de ramen y una bebida de arroz dulce.

─ Claro, cariño. -la señora Lee se giró para buscar el pedido.

JeongHan se paró junto a Joshua, apoyando sus brazos medio sudados en la ventanilla de piedra, mirando a la señora Lee.

─ Apestas.

Miró a Joshua desconcertado─ ¿Eh?

─ Que hueles mal. ─lo miró de reojo.

─ ¿E-Enserio? -se olfateó con disimulo─ Ah sí, lo siento... Señora Lee, ¿Puedo agarrar servilletas?

─ Sí, JeongHannie.

El pelirojizo agarró un par de servilletas, pasándolas por su frente y brazos descubiertos para intentar secar el sudor que le provocó el cargar las cajas. Sintió la mirada fija de Joshua en él, haciéndolo sentir nervioso.

─ Aquí tiene, cariño. ─la señora le entregó una bolsa de papel con su pedido.

─ Gracias. ─entregó el dinero, se inclinó y se dio media vuelta para irse.

─ ¡Ten un buen día, Joshua! ─se despidió JeongHan, quien como siempre, fue ignorado.

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ᨳㅤֶ֢ ㅤ۫  𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭𝐢𝐞  ᵎDonde viven las historias. Descúbrelo ahora