Capítulo 7

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Capítulo 7:

Como si de un algodón se tratará, la acariciaba, la saboreaba como a un dulce, sintió sus labios tomando los suyos con delicadeza para luego arremeter con exigencia. Su suavidad lo aniquilaba, lo hacia perder la cabeza. La sensación era incomparable, ni sus mejores sueños se asemejaban a dicho momento. Ayla era el mejor dulce que había probado en su vida ¡Joder! La deseaba, si no se controlaba iba a enloquecer. La ansiaba con todo su cuerpo.

Ayla atenta a todas sus reacciones, lo tomó de la nuca, entrelazando sus manos alrededor de su cuello para profundizar el beso. Él la sintió aferrarse a sus brazos y adentró su lengua en la calidez de su boca, la joven dejándose llevar por el deseo seguía cada movimiento con fervor, dejando salir un gemido cargado de emociones, de deseo, aquel que había despertado desde aquella noche.

Cada escalofrío, corriente, sensación eran totalmente nuevas para ambos,  demasiado fuerte e impactante, aquello los había golpeado como un huracán, arrasó y dejó el desastre para después.

Tomando todo de si, rodeó su cintura con más posesividad, perdiendo cualquier rastro de cordura.  Sumergida en el placer de aquel beso fue consciente de como él se alejaba.

Adam sabia que aquello no era posible. Era como juntar a un príncipe con una plebeya.

«Los príncipes se casan con plebeyas idiotas »escuchó a una voz gritarle.

Aun así, se sentía vital, renovado después de ese beso, se acercó y volvió a rozar sus labios con ternura. Ayla se alejó sorprendida de su capacidad para olvidar todo teniéndolo cerca.  

—No, no, no —murmuró Adam contrariando dándole la espalda.

—No hagas esto —susurró rodeando su espalda —no comiences con un "esto no es posible, fue un error" —su cuerpo estaba tenso, percibía su pulso acelerado al igual que el de ella.

—Es el mejor beso de mi vida —afirmó haciéndola soltar una carcajada que relajó el ambiente que se habia formado entre los dos.

—No eres gay —aseguró ella dándole la vuelta hasta tenerlo de frente.

—No, no lo soy.

—¿Por qué dejas que tu hermana piense que lo eres? —interrogó con curiosidad caminando hasta el sillón de la sala sabiendo que él la seguiría.

—No les he presentado a una chica—confesó sentándose a un lado de ella —nunca me han visto con alguien, tienen todos sus motivos para pensarlo.

—¿Por qué? ¿Por qué lo haces? —inquirió mirándolo mientras jugaba con sus manos.

Él la miró pensativo, seria capaz de confersarle sus razones.

—No... —pasó saliva y giró el rostro de su mirada.

—Tienes miedo —comprendió tomando su rostro para mirarlo.

—Yo no...

—Shhh —colocó un dedo en sus labios silenciandolos.

—Dejame ayudarte —dijo atreviéndose a sentarse a horcajadas encima de él. Adam estaba con la boca seca, al verla moverse solo pudo pensar en una sola cosa: ella estaba loca. Hinoptizado por su mirada y su sonrisa traviesa la alejó sin quitarla de sus piernas. Por alguna razón se sentia tan cómodo con ella.

—¿Que haces? —cuestionó al verla reír.

—Oye Adam, ¿siempre eres así? —confundido por rememorar ese momento le contestó:

—¿Así como?

—Tan caballero, formal y sin fallas ¿No te aburres? —su voz lo tenia cautivado, no queria alejarse, pero si seguía asi no iba a poder controlarse más.

Ayla D'Angelo lo estaba seduciendo de la forma más intensa que habia conocido y no pudo evitar pensar ¿Como seria estar con ella?

—No me gusta ponerme en riesgo —susurró.

—¿Y que te gusta además de la fotografía? —preguntó en voz baja, su aliento impactó contra su piel aumentando sus ganas de rozar sus labios otra vez —Creo que arriesgarte es lo mejor que puedes hacer en esta vida —musitó ella gimiendo de sorpresa al sentir sus labios arremetiendo contra los suyos.

—Hablas mucho —comentó separándose.

—Tengo miedo de entregar mi corazón, quiero encontrar a mi chica ideal, a mi otra mitad por muy estúpido que suene —explicó de pronto dejándola con la boca abierta.

—Pero si no sales o te atreves ¿Como piensas encontrarla? —cuestionó enarcando una ceja y él negó con la cabeza divertido.

—¿Qué crees que debería hacer? —preguntó curioso rodeando su cintura.

—Ver unas clases conmigo, te enseñaré a conquistar a una chica.

—Pero... —se adelantó a decir y volvió a escuchar esa risa que comenzaba a fascinarle.

—¿Como sabias que iba a decir "pero" ?

—Siempre existe un pero.

—Mentira —emitió cruzándose de brazos.

—Verdad —sonrió al ver su derrota —entonces, me darás unas clases pero —la animó a continuar.

—Me enseñarás a cocinar —se levantó y colocó su palma al frente —¿Es un trato?

—Es un trato —entrelazó sus manos con la de ella y se adentró en la cocina.

Lo sé, casi un mes sin actualizar. En mi defensa. Estuve enferma y pasando momentos muy sad con mi familia.  Pero estoy de regreso.
Parece que tengo  el don de desaparecer  y después subir las historias de un sólo tiro.

Pero bueno...

¿Qué les pareció?
¿Les gustaría hacer un trato conmigo?

¿Harían un trato similar al que están haciendo este par?

¿Y si algo sale mal?

Xoxo  Sidi ❤

Cautivadora belleza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora