Capítulo 2: No-feliz Cumpleaños

490 19 101
                                    

30 de Julio, 1998.
"La madriguera"
Ginny.

Habían pasado dos meses desde la guerra.

Y nada volvió a ser como antes.

La pérdida de Fred hizo un gran cambio en la vida de la madriguera. No más risas, no más bromas. Todo en un vacío silencio.

Nadie lo nombraba.

Y es que las personas simplemente se van, así sin más, sin previo aviso, sin despedidas emotivas, sin un último abrazo, sin un último beso, sin una última mirada. Solo reciben a la muerte como una vieja amiga.

Harry se había ido a vivir con nosotros los primeros meses.

─ Sí, yo voy por allá.

─ Yo por el otro lado...

Ambos volvimos a chocar.

─ Solo vine por un vaso con agua.

─ Claro. Pasa.

Tensión.

Carraspeé mi garganta. Me senté encima de la mesa, jugando distraída con mi pulsera.

─ ¿Gin?

─ ¿Sí?

─ Umh... ¿Quisieras...? Digo, ni tienes por qué. Pensé que sería una buena idea. Hay dos escobas en tu sótano, ¿te apetecería jugar?

Sonreí de lado.

─ ¿Qué te apuesto que vuelo más alto que tú?

Este fue nuestro primer acercamiento después de tanto tiempo. Sólo nosotros.

Solté una carcajada cuando se tiró al suelo y dejó su escoba caer.

─ Creo que me falta práctica. Llevaba casi dos años sin jugar.

─ Creo que solo debes admitir que soy mejor jugadora que tú y dejarte de excusas.

Harry abrió la boca indignado y me tiró junto a él.

─ Espero que te retractes.

─ Pues no pienso hacerlo.

Me dedicó una mirada amenazadora. Lo empujé con mi brazo.

─ ¿Qué?

─ Creo que me has lastimado.

─ ¡Oh, vamos!

─ No, en serio. Me ha dolido en lo más profundo de mi ser.

Puse los ojos en blanco y dejé caer mi cuerpo sobre el pasto.

─ ¿Gin?

Harry cargó su peso con uno de sus antebrazo y me miró fijamente a los ojos. Me apoyé con mis codos e intenté mantenerle la mirada, pero cuando bajó la suya a mis labios, sentí que perdía el equilibrio.

─ ¿Qué?

Harry agachó la cabeza y soltó un quejido como si no estuviera seguro de dar el siguiente paso.

─ Harry...

Volvió a mirarme e intenté acercarme un poco más. Cuando estábamos lo suficientemente cerca rocé su nariz para juguetear un poco. Él soltó una risita, soltándome todo su aliento en la cara.

─ Te extrañé.

Negué con la cabeza, rozándole de nuevo la nariz y ligeramente la comisura del labio. Fue entonces cuando apoyó su mano en mi nuca y me besó.

Y así fue como Harry Potter volvió a mi vida. Sin pedírselo, sin buscarlo, sin pensarlo.

Durante este tiempo, pude conocer más partes de Harry. Adora a los niños y lo demuestra cada vez que juega con su ahijado, Teddy. Además, su forma de demostrar cariño es el contacto físico, le gustan las caminatas, es el desorden en persona y cocina muy bien.

19 Fotografías mágicas | Hinny.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora