Día 7.- Overthing.

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Wen Xu y sus discípulos se posaron fuera de Gusu Lan en clara evidencia de que nada les impediría entrar en las instalaciones de la secta por lo que apresurando el paso lo más que pudiera Lan Xichen se encaminó hasta la biblioteca donde el tío le esperaba. El antiguo y elegante edificio se encontraba abarrotado de discípulos que recogían libros y los colocaban dentro de bolsas Qiankun, que una vez llenas se le eran entregadas al hombre responsable de la secta.

—Tío ¿Qué es lo que ocurre?

Cuestionó Lan Xichen con un rastro de pánico en su voz normalmente calma.

—Los Wen han venido, se nos acusa de hacer el mal, piden entrada así como quememos la biblioteca como castigo.

Xichen no podía creer lo que escuchaba, sabía de la ambición de Wen Rouhan al este anexar pequeños clanes al suyo, pero atacar una de las cinco sectas principales iba más allá, mandaba un mensaje, mientras pensaba en eso Lan Qiren posó varias bolsas Qiankun en las manos de su sobrino mayor que le miró sorprendido.

  
—Los Wen no solo vienen a aleccionarnos, ellos vienen por los herederos para llevarlos a Qishan Wen, es por ello que tienes que huir Xichen.

—Pero…

Ya sabiendo lo que reflexionaba su sobrino Lan Qiren hizo un movimiento para que le permitiera seguirse explicando.

—Xichen, ellos nos piden quemar el conocimiento de Gusu Lan, por lo que nuestra secta se rige, eres nuestro heredero y nuestra esperanza, por si algo le llegase a ocurrir a nuestro hogar tú debes ser el responsable de erigirlo nuevamente, trataré de que Wangji te siga.

El hombre mayor le dirigió hasta una ventana para que saliera por ahí. —Ve por la parte trasera de las montañas y toma uno de los caminos escondidos, esta vez no tomes en cuenta las reglas y corre. Xichen…

La última frase quedó incompleta porque un fuerte sonido retumbó por el lugar indicando que Wen Xu y su séquito lograron entrar a los Recesos. Lan Xichen solo corrió sin mirar atrás a la vez que su tío, el hombre que le había criado, le miró con nostalgia pidiendo a los cielos protección para su querido hijo.

Un pitido horroroso llenó los oídos de Xichen lo que provocó que únicamente pudiera seguir caminando hasta alejarse del corazón de su secta para salir de esta. Sus piernas se sentían pesadas no por cansancio, sino por culpa de dejar a todos atrás; podía volver, solamente tenía que dar media vuelta y regresar para ayudar a los discípulos a combatir contra la secta Wen, pero si hacia eso todo el conocimiento que llevaba en las manos se perdería y el esfuerzo que su tío de recabar la información seria en vano. Siguió su camino… Wangji, su tío mencionó que haría que su hermano le siguiera, sin embargo, no escuchaba los pasos de nadie atrás de él, ¿había ocurrido algo malo?, necesitaba regresar a cerciorarse de que su hermano estuviera a salvo, saber sí le habían capturado, aunque no escuchar pasos detrás de él indicaban que los enemigos no se dieron cuenta de que salió a salvo de Los Recesos en las Nubes, que podía seguir huyendo… seguir caminando. No podía caminar para siempre, ya que en algún punto necesitaría la ayuda de su espada, su espada ¿acaso la traía consigo?, ¿La tomó esta mañana que salió de su alcoba?, ¿Y Liebing?, ¿Acaso la guardo en su manga? Pero si no podía volar en su espada talvez podría comprar un caballo o rentar un carruaje ¿traía su monedero?

Antes de que palpara su pecho en busca de su bolsa de dinero una rama rompiéndose sonó a su costado. ¿Un enemigo?, ¿Algún discípulo que le seguía?, ¿Wangji? Debía parar para asegurarse de saber quien había hecho el ruido, sin embargo, su tío le ordenó seguir y mantener los libros a salvo por si ocurría el exterminio de todo su clan por lo que siguió corriendo.

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