«El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo».
Lan Xichen debe aprender que las decisiones tomadas afectan más de lo que se cree.
Esta historia participa en el evento #angstruary de la página de Facebook @Esdefanfic...
Una maldición surgió de la garganta de Nie Mingjue al pasar sobre ese hilo rojo que cruzaba el campo de entrenamiento, claro, lo había hecho por reflejo de todos aquellos años que llevaba haciéndolo. Su ceño se frunció cuando la hilaza se movió; recorrió su vista hasta donde este se perdía. Suspirando alzó su mano izquierda a la altura de su cara para observar la hebra atada a su dedo.
Nunca se lo había mencionado a Huaisang, pero la secta Nie poseía un secreto que siempre les pareció irónico a todos aquellos que poseían el don y es que el heredero mayor de cada generación podía ver un hilo que ataba a los miembros de la rama principal de la familia con su alma gemela, no se lo había dicho por el simple hecho de que conocía bien a su hermano menor y si lo sabía este le fastidiaría hasta que le dijera quien era su alma destinada, no obstante los años pasaron, su didi creció por lo que Mingjue decidió contarle sobre el mayor enigma de su clan, pero sus planes fueron truncados, ya que fue ahí cuando su mejor amigo, Lan-gongzi, heredero de Gusu Lan conoció por fin al segundo maestro Nie teniendo una conexión al instante, temiendo lo peor, en ese entonces un recién líder de secta observó cuidadosamente las manos de ambos muchachos notando el hilo que los unía, ese fue el instante en que supo esos dos se amarían contra todo; sin embargo, se llevó una amarga sorpresa cuando el que creyó un gran hombre, al cual incluso otorgó la bendición de contraer nupcias con la persona más amada por él, pidió reunirse urgentemente para anular el compromiso pactado hace poco con su hermano menor, nunca cruzó por su mente que sus dos personas favoritas no pudieran estar juntas.
Ambos tuvieron un enfrentamiento feroz, más de su parte que de Xichen, Mingjue no quería considerar lo que su mejor amigo pedía cuando una vez rogó por dejarlo estar cerca de Huaisang, convenientemente en plena lucha Lan Xichen se derrumbó en lloriqueos lamentables, de este modo el mayor supo que había algo más que el simple capricho de rompimiento y que lo que atormentaba al hombre en el suelo nunca se revelaría.
Esta situación le recordaba mucho a su padre, un hombre de temple férreo con corazón sensible que poseía tres lazos atados a su mano, dos para su madre y la madre de Huaisang que se cortaron cuando estas partieron de este mundo, y el tercero del cual nunca se hablaba, pero tanto el antiguo líder de Qinghe Nie como su hijo mayor sabían que se extendía por los campos, sin embargo, su padre murió sin resolver ese asunto.
Nie Mingjue suspiró con pesadez para seguir un extremo de ese hilo.
Sus pasos le llevaron a la habitación de su didi, la cual se encontraba silenciosa y tétrica, el único sonido que se escuchó fue en la noche cuando Huaisang regresó de Los Recesos en las Nubes, los muebles destrozados y los libros deshojados así como los gritos en voz lacerada por el dolor causaron preocupación en todas las personas dentro del Reino Inmundo, nadie tenía conocimiento de porque su segundo maestro actuaba de esa manera, manteniéndose dentro de sus habitaciones negándose a ver a cualquiera, fue un misterio para todos hasta cierto punto cuando la población en general comenzó a rumorar sobre como el Primer Gemelo Jade de Lan rompió su compromiso con el inútil segundo maestro de la secta Qinghe Nie, no pocas fueron las peleas que esta información causó debido a que los discípulos de Qinghe se negaron a aceptar el hecho ¿Como hacerlo si ambos herederos fueron bendecidos por los dioses para estar juntos el uno con el otro?
El líder de secta se cernió ante la puerta del dormitorio, suponía que sí llamaba no obtendría respuesta por lo que simplemente ingresó, la imagen que le dio la bienvenida no fue lo que esperaba, creía que simplemente eran muebles volcados y libros esparcidos, no creyó que su didi fuese capaz de destrozar sus posesiones más valiosas: había abanicos partidos por la mitad, ropas botadas por el suelo algunas rasgadas, el piso manchado de tinta y lo que parecía ser ceniza, por el rabillo del ojo se dio cuenta de que se trataban de las pinturas hechas por las diestras manos de su hermano. Una marejada de emociones embargó a Nie Mingjue, algunas no muy positivas, cuando vio el cuerpo de Huaisang tirado en medio de todo este vendaval, vestido solamente con una túnica interior sucia; apresurado se acercó temiendo lo peor, que su amado didi hubiese hecho una tontería, sin embargo, lo que le recibió fue un puñetazo bien dado en la mandíbula así como la mirada enloquecida y furiosa del menor.
—¡Él se reunió contigo y le dijiste que si!, ¡Le diste permiso para romperme el corazón!, ¡Ya no eres nada para mí!, ¡Nada!
Los gritos coléricos hicieron eco en las dañadas paredes, rebotando como campanillas rotas, la pose defensiva que adoptó el dueño de la morada en otras circunstancias hubiese llenado de orgullo al hermano mayor, pero este no fue el caso, Mingjue intentó acercarse a lo que Huaisang lanzó una serie de patadas y golpes al viento para que al menos uno le diera al cuerpo contrario, esto claramente no lo inmutó y siguió su camino logrando atrapar las escurridizas extremidades, sin pensarlo mucho sostuvo en un apretado abrazo contra su pecho al menor dejándole en un estado de shock, hasta que rompió en un horroroso llanto desgarrador torciendo su hermoso rostro en un rictus de dolor. Lamentos viciosos de desesperanza llenaron los oídos del poderoso cultivador, berridos tan potentes que incluso laceraban el alma de Nie Mingjue.
—Da-ge, A-Huan me botó como si fuera simple tierra, como si yo fuese basura ¿Acaso soy basura Da-ge?
El desgastado murmullo sonó atronador, como si esa fuese la primera vez que Nie Huaisang decía sus pesares al mundo. Los mimos en el negro cabello descuidado de Huaisang con sus manos hechas para luchar y sostener un sable se sintieron torpes, pero confortantes; ambos cuerpos se deslizaron al suelo sosteniéndose el uno al otro como si fueran pequeñas aves ante la tormenta y temieran quedar a la deriva.
—Sh, sh. No pienses en eso, no eres basura, tú eres mi preciado hermano, lo más precioso que poseo, el tesoro más grande de Reino Impuro.
La suavidad del arrullo condujo al joven a un estado de somnolencia necesaria después de días y noches de eterna aflicción.
Cuidadosamente, tomó el pequeño cuerpo entre sus brazos para mecerlo como cuando niños y ambos habían perdido a sus madres, en ese momento solo eran los dos, en ese instante y hasta ahora ellos solo se tenían el uno al otro, así seria en el futuro, esa es la promesa que hacía. Sostuvo con cariño la mano de su hermano para hacerle saber que debía apoyarse en él, que le protegería hasta el final, lamentablemente para ambos el hilo en la pequeña mano empezaba a deshilacharse, mientras Nie Mingjue rezaba en silencio a los dioses para que su amado hermano encontrara paz y consuelo, de esta forma hacia la egoísta petición de no sufrir de ninguna manera cuando encontrara a su alma gemela.
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Y Da-ge aparece!! Holi~ Me sentí realmente mal por Huaisang en este capítulo, pero ni modo, a seguir escribiendo. Espero les siga gustando. Se cuidan.