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Después de una breve explicación, Kate comenzó a jugar, mientras en la radio bramaba pop de la época: algo de Lady Gaga, Miley Cyrus, o Christina Aguilera. Kate conservaba la cara de póker mientras mantenía a ocultas las cartas que le había tocado en su mazo. Cinco de rombos, dos de corazones, rey de Trébol, y otras. Briana habría ganado con escala real.

Después de terminar el juego, Roger reto a Briana a jugar al ajedrez. Briana colocó un tablero de madera, con piezas de diseño fino. Roger movió el peón de E1 a E4, Briana movió su peón equivalente. Roger movió el peón que se encontraba frente a la dama. La joven movió al caballo, y Roger la imitó. Kate observaba cómo las piezas se desarrollaban poco a poco en el tablero, pero en un momento sintió que la cafeína le estaba haciendo ya efecto; le urgió ir al baño. Ella preguntó por el lavabo a Briana.

—Es a la izquierda del pasillo —replicó la chica.

—Aquella planta puede servir. —bromeó Roger; a Kate no le hizo gracia, y se dirigió al lavabo.

Kate se dirigió a toda prisa hacia el pasillo y entre al baño. Una cantidad de azulejos exagerada inundaba el cuarto. La muchacha avanzó un par de pasos, bajo la tapa del retrete y se sentó. Pasaron los minutos, y al terminar, luego de volverse a colocar la ropa atinó a mirarse al espejo mientras se lavaba las manos. Ella podía ver qué estaba bastante alineado su peinado ese día; se había comportado bien, a pesar de la humedad que había en el pueblo en esas épocas. Observó nuevamente al espejo, ladeando la cabeza un poco; podría asegurar que en ese momento no estaba drogada, ella se cuidaba mucho, pero su reflejo no la siguió.

Kate retrocedió un par de pasos, aferrándose ligeramente de la cortina mientras intentaba procesar lo que vio, cuando un olor a azufre quemado llegó hasta sus fosas nasales, que hizo que comience a sentir unas ligeras nauseas. El reflejo hizo una mueca, una sonrisa llena de colmillos largos y filosos. Las náuseas de Kate se intensificaron; comenzó a sentir que la realidad que percibía lo hacía a través de un vidrio, y su vista comenzó a difuminarse. «No te desmayes —pensó—; vete antes»

Kate, una vez recupero la compostura, logró presenciar su reflejo nuevamente, sus ojos... sus pupilas poseían un color grisáceo claro, y por algún motivo no parpadeaba; parecía que se había congelado en esa misma posición, para permanecer de esa forma por todo ese tiempo. Kate temía voltear se y que algo la ataque, así que comenzó a acercarse lentamente hacia la puerta sin voltear. El reflejo estiró sus brazos hacia delante como si pidiese un abrazo, pero Kate sabía que no era eso; estaba intentando escaparse de ahí, sus brazos estaban fuera del espejo, y poco después su cabellera salió, golpeando con el fregadero y mojándose ligeramente.

Kate giró el picaporte, y al voltear vio que ya medio cuerpo de su reflejo estaba fuera del espejo de Briana, y lentamente, moviéndose como un robot, sacó una de sus piernas; para Kate era casi una copia idéntica a ella, pero se veía más aterradora, y su figura le hacía darse cuenta que no era un humano. Kate soltó un chillido tan agudo que podía haber roto el espejo, y en ese momento logró abrir la puerta.

Corrió y corrió por el pasillo, sintiendo la presencia de ese ser aterrador, siendo muy cercana a la de ella. El olor nauseabundo aún no había cesado, pero a ella ya no le preocupaba. Soltó otro chillido, pálida como un cadáver en su etapa Post-mortem, y totalmente fuera de si. Llegó hasta la sala; lo pensó por un rato, ¿Debía salir y advertir?, ¿Debía hablar solamente con Briana?, ¿Guardarlo para no parecer una lunática en sus peores etapas?, su mente no se encontraba tan clara, pero aún sintiendo la presencia, sabía que no estaba segura en absoluto. ¿Será acaso el monstruo de la casa de Jade?, se preguntó a si misma.

Por fin decidió avanzar y llamar a Briana, quien se encontraba a media partida de ajedrez; tenía una táctica de sacrificio de torre para acorralar al rey de Roger con la dama. Kate le tocó dos veces el hombro, y le dijo, con una voz susurrada: «Ven». Briana parecía no querer irse, hizo su último movimiento, dejando en jaque al rey del oponente, y Kate le tiró del cuello de la playera.

—¿Qué pasa?

Ambas chicas estaban escondidas en el patio de la casa; Kate, de cierta forma, sentía algo de culpabilidad por pensar que esa bestia no iba a salir de ahí, pero al parecer la halló.

—Estamos en peligro... —susurró Kate.

—¿Por qué? —se alertó Briana.

—Una bestia —replicó Kate—... una bestia en la zona; va a atacarles si no nos vamos.

—¿De verdad? —bramó Briana entre ligeras risas; no eran carcajadas en si, sino que más bien una mezcla, un cóctel de risa nerviosa, y la que emitiría creyendo que es una broma de mal gusto.

—Es en serio —advirtió Kate.

El tiempo terminó dándole la razón, segundos más tarde, de uno de los árboles cercanos salió una figura humana, pero con textura de la madera del árbol. En la zona había ligera oscuridad, pero, a Kate le costaba explicar el como la bestia la halló dentro del baño, siendo que había una luz, aunque era tenue. Briana se quedó paralizada al ver aquella cosa salir del árbol.

—¡No! —exclamó—; ¿Qué eso?, ¿Eso era de lo que me hablabas?

—¡Entremos! —dijo Kate—; dentro hay mucha luz, quizás no pueda entrar. —Briana obedeció las órdenes de Kate; entonces... 

El Sótano De Jade © ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora