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Pasos de personas inquietas, respiraciones pesadas, y el leve ruido que generaba el aire acondicionado. Eso era todo lo que escuchaba la joven pelinegra, no veía nada, su visión era nula mientras que las comisuras de sus delgados labios formaban una muy ligera sonrisa, estaba atenta a todo sonido que surgía a su alrededor.


De un momento a otro se escucharon puertas abrirse, sintió como las personas a su alrededor se levantaron de su lugar ante la presencia de las personas que entraron al lugar.
Sorprendentemente, nadie hablaba, lo único que escuchó la pelinegra fueron pasos acercándose a ella con lentitud.

-Bajate de la mesa.- ordenó una voz cerca de ella, haciendo que la joven abriera los ojos lentamente con una amplia sonrisa en sus labios, estiró su cuerpo a la par en la que se levantaba y sentaba en el mismo lugar.

Sus preciosos ojos color ámbar se volvieron una línea, ladeando la cabeza hacia un lado sin borrar su sonrisa mientras observaba al peliblanco que la miraba con intensidad y una curva muy ligera y poco visible sobre sus labios formando una sonrisa.

-Hola, jefe.- Habló por fin la pelinegra, el peliblanco sólo asintió y procedió a sentarse de una forma que hacía brotar la palabra "superior".
La mujer se posicionó un paso atrás del hombre, miró a todos en esa habitación con total cautela, todos estaban ahí, los hermanos Haitani, Kokonoi, Muto, hasta Takeomi se encontraba con ellos.

Miraba con orgullo la escena, después de todo, estaban ahí porque Mikey le había ordenado encontrarlos y reunirlos a todos ahí. Bajó la mirada hacia la mano extendida del peliblanco, la cual tomó sin pensar.

Sintió como Manjiro guiaba su cuerpo para que se siente sobre su regazo, la respiración del varón llegó hasta su cuello cuando este escondió su rostro en la cuenca de su hombro descubierto.

-¿Dónde están Takemichi y Sanzu?- Preguntó en un susurro para que sólo la pelinegra lo escuche.

-Pensé que vendrían contigo.- No llegó a seguir hablando cuando la puerta fue abierta de nuevo dejando ver a Hanagaki y al pelirosa entrando al lugar con otra persona.

Un atractivo pelinegro con una cicatriz en su frente estaba en medio de los dos últimos.

-Askari, Mikey.- Saludó Takemichi a sus jefes, el peliblanco  sólo hizo un ademán con la mano y la pelinegra sólo ladeo la cabeza. -Bien, se los convocó aquí a todos por una sola razón, algo que todos tenemos en común, el querer poder, poder que tendremos una vez conquistemos tokyo, cuando..-

Dejó de hablar cuando Askari elevó la mano interrumpiendolo, dirigió su mirada a Mikey esperando su permiso para hablar, el cual consiguió cuando este asintió.

La pelinegra odiaba los discursos bíblicos de Hanagaki.

-Resumiendo todo, están aquí porque queremos ofrecerles unirse a nosotros, a Boten en si.- Se levantó del regazo de el peliblanco acercándose más a los demás hombres, con todas las miradas sobre ella. -Claro que tendrán la opción de rechazar la oferta y salir por esa puerta, pero sería una lástima que al cruzarla, una bala esté en su cráneo.- Una sonrisa totalmente adorable apareció en sus delgados labios haciendo parecer que no los acababa de amenazar a muerte.

Los hombres supieron disimular muy bien el escalofrío que logró hacer la pequeña mujer en ellos.

-Bien, yo estoy dentro.- Habló por primera vez el mayor de los Haitani, haciendo que su hermano también aceptara.

El siguiente en aceptar fue Kokonoi, que luego de terminar de leer los beneficios que le traería, sólo acepto sin quejas. Mucho y Takeomi fueron los siguientes, el último en aceptar fue Hitto, que dudó un poco si valdría seguir vivo, terminó aceptando sólo porque la femenina le llamó la atención.

Una vez finalizada la reunión, el la sala sólo quedaban Askari y Manjiro, el cual acariciaba la espalda de la pelinegra que volvió a sentarse sobre sus piernas.

-¿Crees que lo hice bien? ¿A él le habrá gustado?- Preguntó lo último en un susurro apenas audible pero que el peliblanco logró escuchar.

-Por supuesto, no dejaba de mirarte.- Halago Mikey.

-No dejaba de mirarme al igual que todos- Volvió a hablar con un pequeño puchero en sus labios -Me miraba porque estaba hablando, no porque yo le interese.

-Ya te dije que yo puedo arreglar eso- Aclaró el hombre sin dejar de hacerle mimos en la espalda-

-No, quiero que me ame por ser yo.- Se quejó de mala gana -No por ser la hermanita de su "Rey"-

Volvió a quejarse mientras escuchaba la leve risa de su hermano mayor.

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Espero que le guste, esta es mi primer historia.

Iré subiendo capítulos cada dos días, ya que tengo todo en borrador.

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Existing For You (Bonten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora