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Tik tak, tik tak.

Las manecillas del reloj resonaban por toda la habitación, los minutos pasaban con lentitud provocando que  Haruchiyo Akashi comenzara a exasperarse por el molesto sonido. No tardó mucho en agarrar una de las almohadas que tenía bajo su cabeza y la tiró con toda su fuerza ya harto, el reloj cayó contra el piso haciendo que sus partes vuelen por toda la habitación y algunas de ellas se pierdan bajo los muebles del lugar.

Su cabeza daba vueltas llegando al punto de marearlo, quería dejar de pensar, era tan frustrante recordar cada dos por tres ese maravilloso beso que provocaba pesadez en sus pulmones, su ritmo cardíaco subía al recordar los bonitos y regordetes labios de la pelinegra, fue un beso realmente corto pero que le causó tantas emociones juntas. Sonreía cada vez que cerraba los ojos y la veía a ella acercándose a su cuerpo.

Un mareo se adueñaba de su cabeza, el estómago le dio vueltas, pero para nada era una sensación desagradable para él, después de todo esos "síntomas" se producían cada vez que el pálido rostro de Askari volaba por su mente. Dios, esas preciosas pestañas largas que hacían resaltar sus ojos, la hacían lucir tan espléndida, ver como sus grandes ojos soltaban ese brillo al verlo, era una completa adicción, o ese recuerdo al sentir el pequeño cuerpo de la menor contra el suyo cuando se juntaron para besarse, todo era un martirio.

Volteó su mirar hacia la cajonera al lado de su cama, ya no recordaba que tipos de sustancias ilícitas había ahí adentro, de lo único que estaba seguro era, que nada de lo que se encontraba ahí, le provocaba todo lo que estaba sintiendo en ese momento por Askari.

Quería volver a probar aquellos labios que lo avecinaban a perder la cordura, no quería soltar aquellas emociones, si se le escapaban de las manos, no volvería a encontrar algo tan maravilloso y lleno de magia.

Pero para Haruchiyo no todo era color de rosas, un sentimiento de culpa y arrepentimiento se formaba en su interior cuando el rostro de Manjiro aparecía en sus memorias luego de recordar a su pelinegra.

"- ¿Qué diría Mikey?-" Eran esos pensamientos que se reflejaban en la mueca de tristeza que habitaba en su rostro.

Detestaba el rostro de decepción con el que lo miraba el Mikey de sus pensamientos, ese sentimiento abordaba por completo a sus emociones por la pelinegra, no podía hacerle eso a él.

Suspiró con pesadez al escuchar la alarma de su celular, el ruido rompió con ese pequeño momento de paz que había conseguido tener por unos minutos.

Cuando anunciaron que ella sería su compañera de misión esta vez, su felicidad fue inmensa. Lastimosamente para él, sobrepenso de más, provocando que esa felicidad se volviera agobiante, sabía que no podría controlar los sentimientos que tenía al tenerla cerca.

Sus pies tocaron el frío suelo cuando se incorporó de la cama sentándose en esta, con lentitud se desabrochaba la camisa para dirigirse al baño, quería tomar una ducha larga para deshacerse de sus sentimientos por un rato antes de volver a encontrarse con la causante de su dolor de pecho.

Con suerte se caería en el baño y se desnucaria para así morir de una vez, eran los los pensamientos del hombre pelirosa.

...

Askari se encontraba fuera de su habitación recostada sobre la pared mientras jugueteaba con sus dedos, estaba ansiosa por ver al pelirosa luego de aquel diminuto beso, quería saber si fue buena idea dar aquel paso.

Después de todo, a ella casi le explota el corazón de felicidad luego de huir de la escena, ocho malditos años para sentir aquellos labios sobre los de ella. Para su suerte nadie vio como saltaba de la emoción por toda su habitación como niña pequeña al cumplir una travesura.

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⏰ Última actualización: May 08, 2023 ⏰

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