Existing For You (Bonten)

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Dos..cuatro..seis. "Vaya, son muchos" fueron los pensamientos de la menor de los Sano, que solo observaba con cautela a los sujetos de su alrededor. Notó como a varios de ahí les desagradaba su presencia, así como también hacían notar que su paciencia al quedarse en ese lugar se agotaba. Sentimientos que a la pelinegra se la pelaban, sus orbes se dirigieron al mayor de los Haitani cuando este levanto el mentón para continuar hablando, una vez finalizó de leer los papeles que contenían el acuerdo que los empresarios chinos exigieron.

El masculino suspiro con pesadez mirando a su hermano, ambos notaron porque Manjiro rechazó la oferta, nada de lo que había en esos papeles les beneficiaba, estas personas querían verles la cara de tontos.

- Esto es ridículo, se supone que ya hablamos con su jefe, no supo aprovechar la oferta. - Exclamó impaciente el más joven de los accionistas, amagó con levantarse de su sitio pero fue interrumpido a tiempo.

Digo a tiempo ya que solo bastó un par de segundos cuando el susodicho movió su cuerpo, provocando que un pelirosa de gran tamaño llevara su mano derecha hacía su cintura apunto de sacar su arma. La pequeña mano de Askari lo frenó al ser elevada.

Ella miró al hombre con desdén antes de dirigirle la palabra. - No recuerdo darle permiso a que hable, mucho menos a que se levante.

El de traje baige comenzó a mofarse de la mujer aún en su sitio. Dos de sus compañeros lo miraban con la esperanza de que deje de comportarse como idiota, puesto que estaban al tanto de ciertos rumores sobre la fémina.

La mencionada con anterioridad, mordió su mejilla interna tratando de mantener los estribos, no era alguien que tuviera escrúpulos al perder la paciencia. Asintió ligeramente dirigiéndose a Ran para que este continuara hablando.

Este sonrió ampliamente hacia los seis contrarios, dándose cuenta que no lo miraban a él, si no, a la pequeña de los Sano.

Arrugó su entrecejo, sus finos y carnosos labios rosados formaron una leve curva. - Caballeros. - Llamó la atención de los sujetos a la par que dejaba caer el sobre que contenía los papeles del contrato anteriormente leído. - Como sabrán, Boten no es ningún juego. Así como nosotros no somos estupidos, ese contrato solo los beneficia a ustedes.

- No puedo creer que se les haya ocurrido pensar que entregariamos el 70% de las ganancias que esta carga llevada hacia Suecia le traería a ambos bandos, agregando que si algo sale mal Boten se haría responsable de los fallos, nada de eso lo pusieron en esos papeles. Lo disfrazaron para que no suene tan mal queriendo vernos la cara. - Acusó de nuevo Ran.

Cinco de esos sujetos voltearon a ver de reojo al mayor de ellos, el jefe. Este solo estaba expectante mientras esperaba el siguiente movimiento de su contraria, Askari Sano. El hombre tenía muy en claro quién era la muchacha, pues conocía a la perfección al mayor de todos sus hermanos, Shinichiro Sano, quien desapareció hace cuatro años sin dejar huella, no sin antes hacer destrozos por todo Japón.

Si los cálculos del hombre eran acertados, y Askari era igual o peor que sus hermanos mayores, no podía tomarse esto a la ligera. Al ver que su espada de doble filo fue descubierta, tenían el primer punto en contra.

- Mi turno.- El siguiente en hablar fue Rin, que entregó el contrato hecho por Boten al jefe de sus contrarios, las demás copias las repartió al resto de los ejecutivos. - Este es nuestro acuerdo, pueden tomarlo o..