Y de repente, me siento así.
Mi cuerpo pesa nuevamente,
y mi alma igual.
Ya no soy ligera.
Ya no paseo con facilidad.
Mis ojos se han nublado,
vislumbrado lo que siempre he visto.
Lugares llenos de un azul.
Casi oscuros.
Las linternas de esos mismos lugares que me iluminaban,
se han apagado.
Ahora doy los mismos pasos de antes,
así arrastrándome.
Puedo notar como todo comienza a llenarse de oscuridad,
como una enfermedad expandiéndose, incluso la puedo ver que comienza lentamente a carcomer la piel de mi cuerpo. Dejando manchas oscuras en ella.
Hace frío aquí,
mi cuerpo se congela cada vez más.
Quiero salir, pero,
ya no quiero escapar.
Pero tampoco deseo esto más.
Me recuesto en el frío suelo.
Como si estuviese esperando.
Solo,
me cobijare por un rato con este manto oscuro y frío.
Sé que aunque nadie llame mi nombre. Esperaré un poco más,
solo un poco más,
hasta recuperar la fuerza de mi voz,
para al menos poder susurrar.
Y así poder a mí misma llamar...
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La Dulce Melodía Y la Triste Agonía
PoésieHe aquí mis pensamientos, desde los más visibles hasta los más recónditos. He aquí todos mis más puros y descabellados sentimientos, he aquí mis más grande y pequeño ser. He aquí, mis palabras. Bienvenidos a mi libro, en el podrás encontrar mis pens...