Heridas.

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Las personas cambian y más cuando la cicatriz se vuelve abrir y se convierte de nuevo en herida,
desangrandose otra vez,
derramandose en pequeños hilos rojos callendo hasta el suelo formando un cuerpo sangriento,
creciendo cada vez más hasta que tu cuerpo queda en contacto con el suelo, hundiéndote en ese mar rojo mientras millones de heridas renacen, abriéndose de nuevo saliendo más líquido de ellas,
te hunden en lo profundo hasta quedar sin luz hasta quedar a oscuras sin ninguna salvación...
Revives,
todavía no te mueres,
taparon tus heridas pero no las taparon del todo,
aún vez como pequeños hilos se forman haciendo su recorrido,
te levantas, caminas, sigues sin destino alguno,
paso tras paso, de nuevo en tu mundo, sin ninguna dirección mientras la sangre trata de llegar al concreto, manchandolo de nuevo,
y así seguirás siempre,
hasta llegar a tu fin verdaderamente.

La Dulce Melodía Y la Triste AgoníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora