La Dulce Melodía Y la Triste Agonía

Flor

"Una flor en un gran jardín, que comieza a brotar lentamente."

Finalmente mis petalos se estiran,
así abriéndose al mundo
diciendo buenos días.

El tiempo transcurre, los climas pasan.
En días soleados es muy agotador,
en días de lluvia es muy helado y aunque refrescante,
también es aterrador.

Soporto esto con miedo y dificultad.
El tiempo pasa y temo por mi final.

He crecido ya,
pero noto que el cuidar de mí ha desaparecido sin más.

Mis pétalos se deterioran poco a poco,
siento agonizar y no poder hacer nada al respecto.
El cielo es azul, el día es agradable,
pero yo estoy cada vez más cerca de una muerte inevitable.

A pesar del cuidado que recibía,
también me he descuidado a mí misma.
Me he dejado morir,
por simplemente amor no recibir.

Los petalos caen lentamente uno por uno.
El momento de desaparecer se aproxima.
Es momento de decir adiós a los agradables días.
Y las noches frías.

Me despido con melancolía, de la vida que obtuve,
y del grato amor que recibí,
pero que me dejó morir.

Me despido,
de el tiempo que obtuve, y del no haber podido saber apreciarme.
Del no haber podido amarme.

El último pétalo cae con suavidad,
ese, el cual no supe valorar ni amar.

Mi temor ha llegado,
entregandome mi final.

Adiós,
al amor que no proyecté en mí y por consecuencia,
el sufrir de la vida que dejé ir.