Leila Evans no sabia en que momento toda su vida se desmoronó entre sus dedos.
Tal vez fue cuando aquella mujer con ropa color esmeralda y sombrero puntiagudo apareció en su casa con una carta.
O tal vez fue con aquella profecía qué sentenciaba a s...
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La vida es tan efímera, tan frágil, tan impredecible, pero sobre todo la vida era muy cruel.
A lo largo de mi vida había sido sometida a una montaña rusa de emociones, tragedias y golpes que me habían sacudido de todas las maneras posibles, llevándome a tocar el punto mas bajo y obligarme a levantarme y enfrentarme a los desastres de un mundo corrompido y cruel, que si no te obligabas a estar listo te destruiría.
Había hecho todo a mi alcance para ser fuerte, para estar lista y no dejarme golpear por la vida y saber darle la cara, no solo por mi, si no por aquellas personas que amaba y sabia que si era necesario daría la vida misma, porque desde que les permití estar en mi vida, se volvieron una parte de mi corazón.
Creí estar lista, creí poder enfrentar todo lo que se avecinara con tal de salvar a mi familia.
Y ahí estaba el problema, porque aunque estés seguro y tengas la certeza de que podrás con todo, la vida te golpea y te lanza al suelo para demostrarte que solo eres un humano frágil y que hay mil y un formas de volver tu vida un hoyo oscuro de miseria.
Creí poder con todo lo que cruzara por mi camino.
Pero nunca supe que eso no era así, hasta esa noche.
Esa noche que con gritos desgarradores y lagrimas de sangre supe lo que había sucedió con mi familia, supe que la vida había jugado su ultima carta para terminar de romper mi alma y corazón en miles de pedazos, dejándome un vacío en el pecho y la sensación de estar varada en la nada misma.
No estaban.
James Potter y Lily Evans ya no estaban en ese mundo.
y aquello había dejado en mi alma una grieta tan grande, que con el paso de los segundo sentía que me mataría poco a poco.
La vida había roto, deshecho y llevado al olvido a su familia, demostrándome una vez mas que, aunque crea tenerlo todo y que puedo contra todo, no es mas que una humana en un mundo cruel.
Sentía que no tenia nada, sentía que no era nada, sentía que solo era una bolsa de carne y huesos y que su alma se había ido presa del dolor y la agonía, anhelando una mentira que la arrullara y le quitara las pesadillas.
Pero aun así, aun con el dolor asfixiante quemándole, Leila Evans tomo un pedazo de su alma encadenándola a su cuerpo y se obligo a escapar de aquel vacío en el que ahogaba viva, porque aun en aquel mundo de oscuridad, había una pequeña alma que necesitaba ayuda.
Harry James Potter Evans.
El pequeño necesitaba quien le cuidara, necesitaba a alguien que lo arropara en las noches y le asegurara que el mundo era libre de monstruos crueles.
Y para eso Leila estaría ahí, asegurándole a su sobrino que no había nada allá afuera que le hiciera daño, porque ella misma se encargaría de cuidarlo y velar por el.
Si era necesario quemaría el mundo mismo con tal de proteger a lo único que le quedaba. Leila Evans iba a proteger a Harry Potter, e iba a educarlo para que cuando el creciera le hiciera frente a la vida misma y dejara en claro quien es...
