Capítulo 9 - Malentendidos.

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No podía más que sentirme nerviosa mientras subíamos las escaleras de su casa, Caleb iba delante de mi guiando el camino.

Debía agregar que el resto de la decoración era tan perfecta como la sala y la cocina.

-Es aquí -dijo poniendo su mano en el manija.

Cuando abrió la puerta sonreí al ver lo que estaba tras ella.

-Vaya -susurré impresionada no solo por su hermosa biblioteca, si no también por el montón de música que tenía, podía ver hasta cd's de vinil y un hermoso tocadiscos, Dios mío- ¿Puedo? -pregunté señalando el tocadiscos.

Caleb asintió y no demoré en llegar al aparato, era una hermosura.

-Dios mio me encanta -confesé.

-Me lo regaló mi abuelo, es una reliquia familiar -comentó él cerrando la puerta de la habitación- fue un gran fan de la musica, cuando murió herede toda su musica.

Lo miré y sonreí con melancolía, podia ver que su abuelo había sido una persona importante.

-¿Se llevaban bien? -pregunté curiosa.

-Mucho, me llevaba mejor con el que con mi papá -su respuesta no me sorprendió la verdad.

-¿Qué le pasó?

-Murió hace dos años, cancer -respondió y me arrepentí por haber preguntado.

-Lo siento mucho -susurré apenada.

-Tranquila, me hace feliz saber que esta en un lugar mejor y que ya no esta sufriendo -dijo encogiendose de hombros, asentí y mordí mi labio.

-Mi abuelo tambien murio hace unos años, fue algo inesperado y muy doloroso, todo ocurrió en una víspera de navidad, un infarto -comente antes de soltar un suspiro.

-Vaya, debió ser horrible, cuando es algo inesperado es aun peor, lo lamento mucho -le sonreí y negué.

-No te voy a decir que ya lo superé, pero he aprendido a vivir con ello -confesé y miré a mi alrededor- pero cambiando de tema veamos que libros tienes por aquí.

Me acerque a la hermosa biblioteca de caoba y comencé a ojear los libros, tenía una gran variedad, pero era sorprendente ver que realmente no tenía ningún libro que incluyera fantasía.

-Así que en serio nada de fantasía -dije alzando una ceja mientras ojeaba uno de los libros.

-Nada, nunca me llamó la atención y nunca me regalaron algun libro del genero -su respuesta me hizo mirarlo.

-Pues te has perdido de mucho -comente negando.

Miré a mi alrededor buscando mas, pero la verdad no había mucho, las paredes estaban vacías, había un armario en una esquina, una puerta que imaginaba dirigia al baño, tambien vi un pequeño escritorio en una esquina, una laptop reposaba sobre esta, al igual que algunos libros, pero la verdad lo que llamó mi atención hacia aquel lugar fue un portarretratos, había una foto con tres pesonas, podía distinguir eso, pero no los rostros y la curiosidad me mataba, quería conocer sobre el pasado de Caleb, sobre las personas que dejó atrás.

-¿Puedo? -pregunté señalando el portarretratos, Caleb miró el lugar que apuntaba y se quedó muy quieto sin quitarle la vista, mordí mi labio, tal vez no había sido buena idea preguntar.

-Si -al final respondió despues de un largo silencio.

Me acerqué al escritorio y tomé la foto entre mis manos, en ella se encontraba Caleb, otro chico y una hermosa chica en medio de ellos, era una bonita foto, la chica rubia sonreía mientras los abrazaba a ambos, debía decir que era realmente hermosa, tenía unos ojos de un azul claro muy llamativos, debo decir que me sentí algo fea, dejé de mirarla y mis ojos fueron al otro chico, era bastante guapo, debía admitir que llamaba mucho la atención, tenia unos ojos azul verdosos también claros, pero no tanto como los de la chica, también compartían un hermoso cabello rubio, mostraba sus hermosos dientes blancos en una preciosa y sincera sonrisa, mordí mi labio, parecía sacado de un libro, sonreí por mi pensamiento y entonces desvié mi atención hacia el Caleb de la foto quien sonreí de una manera en la que nunca lo había visto aquí, se veía realmente feliz, sus ojos reflejaban ese sentimiento.

Los Días Con Jessie Mackwell ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora