Capítulo 1 "Nicolás"

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Estaba cursando la preparatoria, sin saber aún si llegaría a estudiar algo después de ella. El dinero no era algo que yo por lo menos tuviera mucho alcance, menos aún si tenía que pedirlo a mi padre, ya que él hacía todo lo que mi madrastra decía y ésta me odiaba. En casa las cosas no eran del todo agradables y la comunicación no fluía mucho, así que lo que no conseguía en casa, lo buscaba por afuera. Con mis amigos.

Siempre fui de relacionarme más con chicos. Hacía fácilmente amistad con ellos, creo que era porque encontraba en la amistad con chicos algo sincero. Podías presentarle un novio y no te lo quitarían. Además, podías usar algo que te quede mal y ellos te dirían sinceramente como luces. Cosa que con las pocas amigas que tenía no pasaba.

Laura era una de ellas, ni siquiera sabía realmente porque seguía juntándome con ella. Siempre me trataba mal, presumía sus ropas, su maquillaje nuevo y sobre todo sus grandes senos. Decía que a los chicos los volvía locos.

Yo por mi parte, en plena adolescencia, no era mucho de destacar. Delgada con unos senos de tamaño normal y resaltaban en mis ojos marrones unas largas pestañas y unos labios no tan gruesos de acuerdo con mi cara. Mi pequeña cintura hacía que mis caderas no lucieran nada mal.

La verdad es que yo sabía que era linda, pero mi baja autoestima me hacía decir y sentir lo contrario.

Pero bueno... Laura. Si, ella era bastante linda, una ninfómana cualquiera eso sí. Se escapaba cada noche de su casa para follar a quien encontrara en el camino. Desde el taxista, hasta chicos que les preguntaba la hora y no sé cómo exactamente, pero terminaba follando en algún rincón.

Yo pasaba muy seguido por casa de Laura, estábamos juntas en la misma clase y generalmente los trabajos los hacíamos juntas. Pero la razón principal tenía nombre y apellido: Nicolás Maldonado, el hermano mayor de Laura.

Nicolás estaba en la universidad Local estudiando ingeniería. Era bastante inteligente y sus estudios los había conseguido con becas por sus altas calificaciones. Mucho no sabía de él, ya que Laura se molestaba bastante cuando alguien le preguntaba por su hermano. Lo celaba de una manera que sorprendía. Pero bueno, yo también lo hubiese hecho si tuviese a semejante hermano.

Lo veía muy poco, pero eso me era suficiente para sentir esas mariposas en mi estómago. Y me gustaba sentirlas. Dejaba una rica sensación en mi cuerpo.

Recuerdo perfectamente la primera vez que hablamos. Llevaba horas estudiando para un examen de Biología. Laura decide ir a dar unas de sus vueltas para, según ella, bajar tensión. Me invita, pero me negué rotundamente.

- ¡Vamos! -insiste.

- ¡No, gracias! Me gusta el sexo, pero tampoco lo haría con cualquiera- le respondo.

- ¡Como si pudieras! – responde molesta- además, no es cualquiera. ¡Es el que yo quiera, cuando y donde yo quiera! – saca una pierna por la ventana del segundo piso donde está su habitación y la espera una escalera para llevarla hasta abajo.

Me quedo en la habitación tratando de pensar en el examen. Tengo mucha sed, pero no quería bajar por agua porque temía encontrarme con alguien y que pregunte por Laura y no saber que decir.

Trato de evitar pensar en la sed, pero no puedo más y tengo que ir por agua.

Fuera de la habitación solo hay silencio. Laura comentó que sus padres no estarían ya que salieron a celebrar su aniversario y Nicolás estudiaría en casa de su amigo Eduardo.

Al llegar a la cocina, encuentro la luz encendida y la puerta del refrigerador abierta. Alguien está tras de ella, pero no logro ver quien era y me quedo parada mirando. Se cierra la puerta y me sumerjo en unos hermosos ojos cafés claros con destellos verdes.

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