Capítulo 3 "El Cielo"

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Nuestras manos tomadas, dedos entrelazados, nuestras lenguas jugando en un húmedo beso. Yo sobre él sintiendo su duro y gran bulto. Él presionándome hacia su cuerpo mientras besa mi cuello con locura. Por más que trato de asimilarlo parece un sueño. Aún no creo que realmente pasó.

Entramos a la ruidosa casa, no me suelta la mano, incluso a ratos siento que la aprieta más fuerte cuando alguien nos empuja para que ésta no se suelte.

La casa está llenísima, diría que más personas que cuando llegué.

Me guía hasta un grupo de chicos que está parado al lado de la chimenea con vasos en sus manos.

Ahí está la chica rubia, Amelia. Se ve bastante borracha por la forma que se tambalea. Hay dos chicas más junto a ella, que cuando nos ven acercarnos, se acerca y les dice algo y me miran de pie a cabeza y ríen. Pero no les doy importancia.

Los chicos son tres, uno de ellos alto, de cabello oscuro corto y tes blanca. Tiene unos ojos azules claro hipnotizantes. Ya lo había visto antes en fotografías que había en casa de Laura.

Es Eduardo, el mejor amigo de Nicolás.

Sin soltarme la mano, se acerca a ellos y les dice algo que no logro escuchar. Los otros dos aprietan sus labios para no reír, pero Eduardo esta serio. Me mira apenas girando su cabeza detrás de Nicolás y luego la endereza para decirle algo. Le da una chaqueta de cuero negra y unas llaves.

Las chicas aún no paran de reír y comentar cosas de mí. Lo sé porque me escanean con la mirada y luego comentan para reír.

La música está tan fuerte que no logro oír nada.

Nicolás suelta mi mano y se despide de los chicos de la mano y luego se acerca a las víboras, que es lo que parecían repartiendo veneno, y se despide de las tres con un beso en la mejilla. Amelia se cuelga de su cuello, pero él quita sus manos sonriendo y nota que ella no deja de mirarme.

Se acerca a mí y toma mi mentón dándome un beso en los labios. Ahora mi turno de mirarlas y sonreír.

- ¿Vamos?

yo asiento.

Nos giramos de la mano y uno de los chicos grita.

- ¡Nico!

Ambos nos volteamos y le lanzan algo a Nico que ataja en el aire. Abre su mano y mira. Un preservativo.

- Cuídate-LO – le gritan.

Él se ríe y menea su cabeza.

Los miro sonriendo algo avergonzada, pero mis ojos se detienen en la mirada penetrante de Eduardo, quien no se despega de mí y serio bebe de su vaso.

Es intimidante. ¡Y muy atractivo! Se ve mucho mejor en persona que en las fotografías. Pero todo lo que tiene de atractivo, lo tiene de maleducado ya que no fue capaz siquiera de decir "Hola".

No importa cuánto dinero tenga, sé que es mucho porque lo escuché de Laura decir que el mejor amigo de Nicolás era de una familia bien adinerada y le habían regalado un auto de lujo por su cumpleaños.

Antes de salir, veo a Alex en un rincón conversando con una chica bien sonriente.

Me suelto de la mano de Nico y él extrañado me sigue. Cuando nos ve sonríe, pero antes que diga algo le doy una bofetada.

- Eres un maldito imbécil. ¡Te tiraste a la puta de Laura y Mario los descubrió! ¿Qué clase de amigo eres si le haces eso a quién te abre las puertas de su casa? - me mira inmóvil- Nooo, ¡claro! es más importante quién te abre las piernas.

SerendipiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora