5. Lazos

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Peter mentiría si dijera que el horario organizado por Harley no lo había ayudado. Se apegaba a esa tabla como un mantra y gracias a él realmente había salido adelante.

Harley también lo había apoyado y no solo escolarmente. También lo había comenzado a integrar a su grupo de amigos ya que había notado que Peter aunque llevaba un tiempo en la universidad seguía siendo muy solitario.

Tampoco era que Keener fuera extremadamente popular, su grupo consistía solo en tres personas contándolo a él. Eran un chico y una chica, ella era rubia y estaba un año más adelantada, ya que no había sido blipeada, pero estaba estudiando química igual que Peter; el joven estaba estudiando administración de empresas por presión de su familia, pero era obvio que su pasión eran las ciencias e ingenierías por lo que se la pasaba básicamente en los campus del MIT.

Ellos eran Gwen y Harry, y Peter no entendía que tanta buena suerte había tenido puesto que después de Harley, eran las personas más dulces y amables que había conocido.

Harry no era el típico niño rico, claramente era carismático y un poco arrogante. No obstante, también era extremadamente amable y de buen corazón. Y aunque apenas y se conocían no dudo en darle ayuda financiera a Peter cuando se enteró de su situación, Parker como siempre no aceptó el dinero pero apreciaba mucho ese gesto.

Por otro lado, Gwen era un ángel. Ella amaba hablar de su familia, su carrera y de las cosas que le gustaba hacer. Además era la más inteligente de su generación, en la mente de Peter pasaba la idea de que si Harley no se hubiera vuelto su mejor amigo definitivamente Gwen lo sería.

La rubia se había vuelto como su tutora. Tal vez eso también había influido en su mejora académica.

Ese mismo día tenía un encuentro con todos ellos en una cafetería cerca de la facultad. La cita era a las 12 y Peter tenía libre desde las 11, pero sabía que tenía que aprovechar ese tiempo para ayudar un poco a los ciudadanos.

Se cambió con rapidez en un callejón vacío, su nuevo traje era un inconveniente a la hora de cambiarse. No tenía ninguna clase de tecnología avanzada que facilitará su cambio, por lo que normalmente lo traía por debajo de su ropa casual. Guardó todo en su mochila y la escondió en lo alto de la pared, no quería que alguien llegará y robará su ropa.

Su vida podía ser difícil pero ayudar a la gente en todas las maneras que podía, lo hacía todo más llevadero.

Oír y ver a los niños celebrarlo cada vez que "vencía a los malos" le levantaba el ánimo. Además, siempre le divertían las formas en qué los neuyorkinos lo celebraban. Su meta era tener una canción, recordaba muy bien la anécdota de Peter 2 sobre la mujer que cantaba en el metro.

En solo la hora libre que tuvo solo detener a dos ladrones y dejarlos con los autoridades. Cuando faltaban diez minutos para la reunión volvió al callejón para cambiarse dejándose el traje abajo por cualquier emergencia.

Llegó justo a tiempo, algo inusual en él desde que se había vuelto Spiderman; también se había propuesto mejorar en ese aspecto. Para su sorpresa solo había llegado Harry.

— Por aquí— hizo señas desde una mesa.

Peter tomó asiento frente al pelinegro. Estaba tan arreglado como siempre, siempre con ropa de marca y un peinado perfecto.

— Amigo— saludó con una gran sonrisa— acabo de conocer al amor de mi vida.

— ¿Otra vez?— Peter dijo entre risas.

— Pero está vez es enserio— respondió Harry, tenía una sonrisa burlona por lo que era obvio que quería que siguiera con el juego.

Por eso a Peter le agradaba tanto Harry, siempre estaba tan relajado y contento que hacía que la gente a su alrededor se mantuviera calmada.

Finding A Way HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora