2. Nuevo vecino

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La navidad estaba a solo algunos días, cuatro para ser exactos. Peter no se encontraba para nada emocionado, sería su primera Navidad solo en una nueva casa.

Sus planes para el gran día eran sencillos: ir a dejar flores a la tía May y asegurarse que todos los neoyorquinos la pasaron bien con sus seres queridos. Recientemente se registraron actividades sospechosa, pero al ver qué Hawkeye estaba involucrado Peter decidió mantenerse al margen. Sentía que no estaba listo para que más gente que lo solía conocer lo tratará como un extraño, y mucho menos si eso venía de un vengador. El hombre podía arreglarselas solo.

Él volvía a ser el amigable hombre araña, sin misiones al espacio o problema con la magia; solamente ayunado al ciudadano común.

Acababa de regresar de su trabajo cuando notó que alguien se estaba instalando en el dormitorio de enfrente. Era un chico rubio de su edad, probablemente un estudiante como él. Estaba teniendo problemas en meter todas sus pertenencias por la diminuta puerta de entrada.

- ¿Necesitas ayuda?- preguntó Peter cuando estuvo lo suficientemente cerca para que lo escuchará.

- ¿Me prometes qué no eres un ladrón?- respondió mientras evitaba que las tres cajas que tenía en sus brazos cayeran.

- Vivo enfrente, así que no te preocupes- Peter se acercó para aliviar un poco de su peso.

- Gracias- suspiró aliviado el rubio- disculpa que te llamé ladrón, pero he oído que los ladrones en Nueva York son muy hábiles en sus métodos.

- No te preocupes, tener precaución no es malo- Peter dijo cortes mientras seguía metiendo cosas.

Parker ayudo en silencio ya que no sabía cómo empezar una conversación y el otro chico parecía pensar lo mismo. Trabajaron solo unos minutos cuando acabaron de meter todo.

- Esa fue la última- anunció el castaño.

- Muchas gracias, me ahorraste un dolor de espalda y media hora de trabajo- con una gran sonrisa respondió.

- Está bien, tal vez algún día necesité tu ayuda para cargar mis numerosas compras- intentó bromear Peter.

- Cuenta conmigo, soy nuevo en la cuidad y hacer amigos no me haría mal.

El rubio realmente era simpático, Peter agradecía que él fuera su vecino. No podía imaginar tener que soportar a alguien molesto.

Los dos se quedaron en silencio y justo cuando el nuevo chico iba a hablar, el teléfono de Peter empezó a sonar, esa era su alarma para la alarma de la policía.

- Debo irme, fue un gusto. Espero verte más seguido.

Peter rápidamente entro a su apartamento e intercambio su mochila. Tenía una para el trabajo, otra para la escuela y una especial para actividades de Spiderman. Ahora intentaba ser más cuidadoso para que los villanos no supieran su identidad, por lo que se cambiaba el traje en lugares fuera de su casa para que no pudieran seguirlo.

- Adiós- fue lo último que dijo Peter antes de irse corriendo por las escaleras.

Su vecino solo respondió con un gesto de mano, y volvió a entrar a su dormitorio para terminar de instalarse.

Los subsecuentes días siguieron su rutina: despertar, hacer un patrullaje, ir al trabajo, comer, volver al trabajo, volver a patrullar y regresar a la casa a cenar y dormir. Peter sentía que nunca más volvería a comer un desayuno ya que sus mañanas siempre eran apresuradas.

El 24 afortunadamente tuvo tiempo para darse un descanso del trabajo. Por lo que después de su vigilancia nocturna regreso al dormitorio a cambiarse y preparase para visitar a May.

Su visita al cementerio fue corta, dejó un ramo de flores, limpio la lápida y el césped de alrededor. Para cuando regresaba no tenía el mejor ánimo, por lo que volvió a ponerse el traje e intentó ayudar. Era reconfortante que la gente aún lo considerará un héroe pese a lo que los medios decían de él.

Su tarde se fue en ayudar a todos. No fue hasta que estaba anocheciendo cuando se dispuso a regresar a dormir y cenar algo.

Peter subía hacia su apartamento cansado y mojado por la nieve derretida. El casero seguro lo estaría molestando en la mañana por ensuciar el suelo. Cuando el castaño llegó a su puerta vió que su vecino estaba igualmente frente a la suya buscado sus llaves.

Él iba vestido con un traje pero el saco tenía una enorme ruptura en la parte lateral.

— Mierda— lo oyó quedarse al no encontrar sus llaves.

— ¿Estás bien?— preguntó Peter genuinamente preocupado.

— Si, solo no ha sido un buen día— respondió un poco más tranquilo.

— Creo que ya somos dos— dijo señalando su ropa mojada y sucia.

Los dos se quedaron en silencio, Peter fue el primero en lograr abrir su puerta. Pero se quedó parado, la ocasión pasada había salido corriendo y no pudo realmente hablar con él y conocerlo, y parecía este el momento ideal para hacerlo.

— Puedo ayudarte— dijo Peter como invitación para que el rubio entrará— me refiero a tu saco, lo puedo arreglar.

El joven no lo dudo ni un segundo y respondió.

— Déjame dejar mi mochila y te veo en tu apartamento.

Peter aprovechó para limpiar y arreglar un poco sus cosas. Aunque pasaron algunos meses aún no terminaba de instalarse.

A los pocos minutos escuchó como tocaban la puerta. Cuando abrió, el rubio estaba cambiado por algo más cómodo y traía su saco en un brazo.

— ¿Qué puedes hacer con ésto?— señaló la enorme ruptura.

— Tengo una máquina de coser— Peter señaló una mesa donde tenía todos sus materiales. Se aseguró de quitar las cosas que usaba para arreglar su traje de Spiderman— ¿puedo?

El chico le dió el saco y Peter empezó a trabajar.

— Llevas casi una semana viviendo aquí y aún no sé tú nombre— Parker intentó iniciar así la conversación.

— Me llamo Harley.

— Lindo nombre, yo soy Peter.

— Que bueno que ya sé tú nombre. Ya no serás mi vecino castaño— río Harley.

Los continuaron hablando, solo tardó pocos minutos para terminar de arreglarlo.

— Creo que ya está, ¿qué opinas?— Peter regresó la prenda a su dueño.

Harley la examinó.

— En serio te lo agradezco, me ahorraste tener que comprar un nuevo traje. Creo que te debo muchas cosas, me haz ayudado mucho en los últimos días.

— No te preocupes por nada, solo intento ser bueno con todos.

— ¿Vas a tener una cena navideña?— preguntó Harley.

— Pues traje comida china— señaló su cama donde estaba la bolsa.

— También te quedarás solo, ¿verdad?— Harley habló.

— Si— Peter no quiso explicar más y el rubio no lo presionó.

— Bueno, yo ordené una pizza. Te parece si la traigo y festejamos un poco— propuso Harley.

— Me agrada la idea.

Al parecer Peter no pasaría las fiestas tan solo después de todo. Tal vez no era su mejor navidad pero era mejor de lo que imaginaba.

Finding A Way HomeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora