Capítulo Final

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Saint gimió cuando se despertó poco a poco por la luz de la aurora que pasaba a través de la ventana del dormitorio. Los músculos de la espalda los sentía como si hubieran sido pasados por el escurridor, sintió unos brazos apretarlo y un ligero beso contra el costado de su cuello, donde estaba su marca de apareamiento.

Este placer se disparó por su cuerpo, causando que su polla empezara a endurecerse.

-Hmm, buenos días mi compañero -dijo Saint mentalmente mientras meneaba el culo contra la dura polla que estaba en su espalda baja. Saint recibió una ligera palmada en su culo por sus esfuerzos y un "para eso" de su compañero. Saint gimió cuando el calor se extendió por su culo.

- ¿Te gusta que haga eso, bebé? -le gruñó Zee al oído cuando pasó la mano por la zona ligeramente caliente que había azotado-. Creo que es algo que debemos explorar más tarde, ¿no, cariño?

Saint sintió arder sus mejillas cuando le volvió a dar en su culo y asintió lentamente.

- ¿Cómo te sientes cariño? Tienes que parar o de lo contrario no seré capaz de no joderte. Me asustaste anoche.

-Lo siento Zee. No fue mi intención. Me siento bien. Un poco cansado todavía, y mi espalda está un poco sensible. Pero aparte de eso estoy bien. Suficientemente bien para un poco de amor, incluso. -Saint volvió la cabeza y buscó los labios de su pareja. El beso fue lento y suave. Todo lo que quería Saint en ese momento.

Gimiendo dentro de la boca de Zee, dejó que su culo presionara de nuevo contra Zee.

Gimió cuando su espalda se retorció y le envió un pellizco de dolor. Zee se apoderó de sus caderas y con firmeza las mantuvo lejos de su cuerpo.

-Bebé, tienes que estarte quieto. Quédate en tu lado así. Vamos a mantener la presión lejos de tu espalda tanto como sea posible. Déjame hacer todo el trabajo o esperamos a que estés totalmente curado.

-No, estaré bien -dijo rápidamente mientras trataba de evitar que su pareja se detuviera. Saint se quedó descansando contra la cama, abriéndose a Zee.

Zee pasó por encima de él para coger el tubo de lubricante de encima de la mesilla de noche. Pasados unos momentos, Saint sintió los dedos de su compañero en la entrada. Yesung deslizó lentamente un dedo en su culo, manteniendo un ritmo lento y suave. Saint quería gruñir y empujar hacia atrás, pero sabía que si lo hacía, Zee lo dejaría y esperaría.

-Más, Zee. Necesito más -jadeó Saint.

-Yo sé lo que necesitas, cariño. - Zee insertó un segundo dedo lentamente, buscando ese lugar dentro de él.

-Oh, Dios. -Saint intentó permanecer inmóvil, sabiendo que si arqueaba la espalda le dolería más.

-Lo encontré. -Fue la respuesta triunfal de Zee, cuyos dedos lo estaban volviendo loco.

-Zee o te mueves o lo haré yo mismo-gruñó Saint a su compañero, con ganas de más.

-Eso sí que sería un espectáculo digno de ver, bebé -dijo Zee mientras introducía un tercer dedo y empezaba a empujar un poco más duro. Zee quitó los dedos y Saint gimió con la sensación de pérdida.

-Shhh, bebé. Está bien. No me voy a ninguna parte. - Los dedos de Zee fueron reemplazados rápidamente con la cabeza roma de la polla de su compañero. Zee envolvió sus brazos alrededor de él para evitar que se pudiera mover y lentamente comenzó a hundirse en su culo.

-Argh, Dios. Qué bien se siente Zee. No te detengas.

-No lo haré, bebé. Dios, amo tu culo. La forma en que se agarra a mí y me chupa dentro, como si me diera la bienvenida a casa.- Saint gimió ante las palabras de Zee.

1*  Compañero InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora