Capítulo 4// Comida elegante.
El reloj de pared anunciaban las 12:23 de la tarde.
Louis estaba demasiado entretenido aplastando las papas y echando los condimentos cuando un Harry con camisa desabotonada y cabello desaliñado se paró bajo el umbral de la puerta, viéndolo cocinar con paciencia.
Él apenas puede hacer sopas y pastas.
—Buenas tardes, Louis.
Sonrió divertido cuando el omega soltó un grito agudo por el susto.
—Por la luna ¡Harry! ¿Qué está mal contigo? No puedes venir y asustar así a la gente como si nada.
—Lo siento, no ha sido mi intención asustarte.
El omega tomó una gran bocanada de aire para devolverle la estabilidad a los latidos de su corazón, causando que sus cachetes se inflaran un poco.
Harry jura que podría sentarse y admirar cada una de las cosas que el omega hace o dice.
No sabe de dónde salió esta necesidad de estar cerca de Louis todo el tiempo, su alfa lo ha molestado toda la mañana, rogándole volver a casa solo para ver al omega.
Es tan desconcertante.
En sus 22 años nunca había necesitado estar pendiente de alguien o algo, siempre ha sido–según su madre– muy dejado en todo, desidioso e indolente incluso con las cosas que le gustaba hacer.
Pero ahora, incluso se levantó para hacerle el desayuno cuando él nunca hizo eso ni siquiera para él mismo. Sus desayunos eran casi nulos por el simple hecho de que le costaba levantarse para cocinarse algo decente.
Le parecía una pérdida de tiempo total, considerando que podía mandar a comprar algo en la cafetería del edificio.
Son esas pequeñas cosas lo que lo han perseguido toda la noche y toda la mañana, hasta ahora que por fin lo ve.
Resplandeciendo en todos los aspectos.
Causándole emociones que lo aterraban hasta cierto punto.
—Llegaste justo cuando estoy terminando el puré, siéntate, estás en tu casa... literalmente—bromeó sonriendo.
—Muchas gracias ¿Qué es lo que comeremos hoy?
—Mi plato estrella, pollo relleno de mozzarella envuelto en jamón de parma con puré de papas.
—Suena delicioso.
Louis sonrió, encogiéndose un poco, cual tortuga asustadiza en su caparazón, nunca alagaban sus esfuerzos, siempre decían que era su obligación hacer todo lo que hacía, así que cada que recibe un buen comentario sobre sus actos tiende a sonreír con fuerza y agradecer. Justamente como ahora.
—Gracias, prometo que te encantará.
—No lo dudo.
—¿Cómo te fue en el trabajo?
Harry bufó cansado al recordar todos los documentos que tuvo que leer durante el día, siendo el peor el de asesinato maternal doble, lleva un buen tiempo en esto, sin embargo, aún no se acostumbra a la crueldad de la sociedad.
Cuando cree que lo ha visto todo es cuando aparece un caso mucho más fuerte que el anterior, llegando a veces a abrumarlo tanto que tiene que tiene que dejárselo a otro de sus abogados.
—Dentro de todo ha sido un buen día, hemos conseguido que la condena de uno de los agresores de nuestros clientes sea mayor a 30 años.
—¿Eres abogado?
ESTÁS LEYENDO
Shall we look at the moon, my little sun?
De Todo-¿Deberíamos ver la luna, mi pequeño sol? La luna escogió una manera singular de cruzar ambos caminos, al parecer. [O dónde Louis se queda sin hogar a finales de diciembre y encuentra a un Alfa que acepta acogerlo en su casa]