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La semana en la universidad pasó sin muchas complicaciones. WooYoung y SeongHwa cada vez se iban acercando más, tenían más confianza.
WooYoung tenía miedo de aceptar sus sentimientos. Hace un par de meses estaba llorando por su ex, no quería volver a salir lastimado de nuevo. Además, estaba seguro que el mayor ya lo había olvidado, pues se consideraba algo aburrido.
—Si sientes algo por él, ve y díselo, si te lo guardas puede que ya sea muy tarde. —fue lo que le había dicho su padre.
Era fin de semana, casi estaban a finales del año, por lo que habían exámenes importantes, pero para su suerte solo le quedaba uno, mientras que a SeongHwa le quedaban dos.
—Lo siento Woonie, hoy no podré salir contigo. —SeongHwa le dijo, apenado. —Prometo que apenas termine mis exámenes, saldré contigo.
—Está bien hyung.
Y así pasó su día sábado solo. Su padre había salido con un amigo a comer. Tiempo atrás, habría llamado a YeoSang, pero ya no hablaban y luego de aquella nota, había dejado de insistir.
"Woonie, quiero que volvamos a ser amigos, cuándo te sientas mejor, búscame, ¡te estaré esperando! ^^"
Esa nota había sido hace casi un mes. Estuvo observando a su mejor amigo y a San, ya no le molestaba como antes. Era incómodo, pero esas tremendas ganas de llorar cuándo los veía, no estaban. Se sentía feliz de poder pasar página.
Marcó a su celular, pero no contestó. Dos y tres veces más, pero aún no había respuesta.
Estuvo a punto de rendirse, hasta que recordó que tenía el número de su casa, así que marcó, como último recurso.
—¿Hola? ¿Quién habla?
—¿Tía? Soy Woonie.
—¡Woonie querido! Hace tiempo que no vienes, ¿has estado bien?
—Sí, podría decirse. ¿YeoSang está?
—Llegó hace un par de horas, aunque no está muy bien.
—¿Pasó algo?
—Estos últimos meses a estado un poco decaído, pensé que tu sabrías, pero cuándo intenté preguntarte, Yeo me dijo que habían discutido. El caso es que ahora llegó echo un mar de lágrimas y se encerró en su habitación, ¿crees que puedas venir? A estado encerrado desde que llegó a casa.
No lo pensó mucho, con su mano libre, tomó sus llaves. —Llegaré pronto, no le diga que iré, por favor.
