Wang Yibo de 17 años es problemático, desmotivado, descuida sus clases y preocupa a sus padres quienes toman una desición que cambiará su vida.
Xiao Zhan de 17 años es muy estudioso, tranquilo y siempre busca ser positivo a pesar de tener que aguant...
Unos chicos estaban molestando a otro, lo tenían acorralado en una esquina del pasillo, le tiraron sus libros antes de dejarlo y caminaron invadiendo el pasillo, los demás compañeros le sacaban la vuelta.
Wang Yibo pasó por ahí pero solo dió un breve vistazo, era su primer día y ya había notado quienes eran los chicos molestos de la escuela.
En definitiva era la clase de amistades que elegiría para pasar el rato, pero iba a intentar ser diferente en esta nueva ciudad, ésta vez buscaría algo más productivo por hacer, no tenía idea por dónde empezar pero había tiempo de averiguarlo.
El chico al que molestaban estaba de rodillas en el suelo acomodando sus cosas, algunos libros y papeles que salieron volando cuando estos cayeron.
No pudo observar bien el rostro de aquel desafortunado y solo siguió su camino.
- Mira, es el nuevo chico.
- Es muy guapo, me gusta.
- ¡Cálmate Dilraba!
- Ay no seas envidiosa Lusi.
Mientras iba caminando por el pasillo notó las miradas curiosas de las chicas y los cuchicheos entre ellas.
- Ah, grandioso.
Suspiró pensando en cómo apenas llegaba y sucedía lo mismo que en su otra escuela.
Entró a la primera, segunda y tercera clase, pero el tiempo le pareció eterno en cada una, no había pronunciado todavía ni una sola palabra a alguien, pero fuera de eso la escuela se veía muy bien, era mucho más grande.
Llegó la hora del almuerzo y fue a comer algo, se sentó solo en una mesa y observó un poco, un chico de aspecto medio bobo se acercó a él.
- ¿Eres el nuevo?
- ¿Qué?
- Hola, me llamo Yubin.
- Aja.
- ¿Cuál es el tuyo?
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Wang Yibo lo miró, estaba aburrido, pero ya que él se había atrevido a acercarse lo intentó.
- Wang Yibo.
- Entonces, ¿Te gusta la escuela?
- Está bien.
Mientras estaban hablando se escuchó un ruido fuerte haciendo que ambos voltearan a ver, era una charola que cayó al suelo.
- ¡Ya basta!
- ¿No vas a defenderte?
Wang Yibo por la ropa del chico pudo notar que era el mismo de antes, el del pasillo a quién molestaban.
