Por toda su vida, Johnny había sido un chico muy visionario, optimista, luchador y empático, tenía características sociales y una facilidad en hacerse lugar en los zapatos del otro, además de entenderles. Su amigo de infancia, donghyuck, más de una vez le había recriminado aquello bajo la excusa de "tienes luna en piscis, no me sorprende".
Johnny nunca pudo entender esa expresión.
Pero era algo que podía omitir con facilidad, como todo lo que mencionaba donghyuck, de alguna forma, el joven nunca quedaba sin palabra o anécdota; llegando al punto que la cabeza del castaño se desconectada de la realidad. Y así había sucedido esa misma tarde cuando, su gran amigo de la infancia (que cabe destacar era varios años menor, pero, era hijo de una de las grandes amigas de su madre y vecina de la misma; por lo que, compartir con él no fue muy difícil), había aparecido inesperadamente por problemas en el registro de su residencia.
Allí, se enteró que el más joven finalmente estaría dejando atrás su último año de escuela, para adentrarse al proceso universitario, y que estaría esperando su plaza en donde sería su nueva madriguera de estudios, dicho por él mismo.
Incluso Johnny había imitado su voz ante aquella frase estando al teléfono con Mark esa noche, sonriendo a la nada mientras le ponía en contexto de su día a bajos murmullos cerca de la puerta que daba al balcón. Su interlocutor dejaba sonar risas bajas, llenandole de satisfacción que pudiese divertirlo con aquel tonto relato. Por lo general, el mayor se consideraba alguien con un día bastante aburrido; ahora, teniendo el desastre que era donghyuck, al menos podría tenerle una historia divertida a su desconocido amigo, quien, en esa noche, se encontraba particularmente silencioso.
— Hey, Mark.— Lo había llamado luego de un largo silencio por parte de ambos, donde apenas se podían escuchar sus suaves respiraciones amortiguadas por las bocinas del celular.— ¿Te ha pasado algo interesante hoy?
— Hmm...
Aquello sonaba como una afirmación vaga, quizá pensativa.
Estaba algo impresionado, realmente empezaba a conocer las expresiones, los cambios de voz, e incluso de respiración, de Mark. ¿Cuánto tiempo llevaban hablando? Siquiera podía recordarlo.
— Sabes que puedes confiar en mí, ¿vuelven a molestarte? Pprque si es eso, sabes que-
— No, no es nada de eso.
Ese tono lo desconocía, sonaba casi tímido, pero era demasiado soplado, casi como si hubiese suspirando en medio de la frase; quizá un poco distante. Una mezcla de todo.
Johnny frunció el ceño.
— Hubo una nueva transferencia a mi escuela... es raro, si, a mitad de semestre, un poco más allá, nadie llega transferido, pero, sucedió.
— ¿Eso es algo bueno, no? —Preguntó, ligeramente confundido. No entendía bien si sucedía o no algo, o sólo era una anécdota que agregar.
— ¿Mh? Oh, sí, sí, lo es...—Silencio.
— ¿Mark?
— Es japonés, ¿sabe? Y es alguien muy agradable, coincidimos de casualidad y, no sé, es divertido y ocurrente, tiene una preciosa sonrisa y... dios, ¿qué estoy diciendo? Lo lamento mucho, hyung.
Podía encontrarle finalmente nombre a ese tono de voz.