♡ San Valentine's Special ♡

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El reloj marcaba las seis en punto de la mañana, y los energéticos Hinata y Kageyama aún dormían cómodamente uno sobre otro acaparando todo el colchón con las sábanas cayendo al suelo

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El reloj marcaba las seis en punto de la mañana, y los energéticos Hinata y Kageyama aún dormían cómodamente uno sobre otro acaparando todo el colchón con las sábanas cayendo al suelo. La pierna izquierda del pelinaranja estaba encima de la del azabache y su cabeza debajo del brazo derecho del mismo como si fuera su propia almohada.

La alarma sonó para despertar a la inusitada pareja, pero ninguno de los dos quiso moverse de su lugar. Pasaron varios minutos y por alguna razón el sonido no se detenía ¿A caso esa alarma no estaba programada para ser pospuesta automáticamente?

Cansado de escuchar el mismo pitido una y otra vez, aquel que vestía una adorable pijama amarilla de león se estiró un poco hasta la mesa de noche y desactivó aquel aparato ruidoso. Adormitado, tomó el celular y miró la hora sobre el fondo de pantalla con una fotografía suya. Fue ahí cuando recordó que no estaba en su casa, eso explicaba aquella cruel alarma dictadora.

Frotándose los ojos, Hinata miró a la persona que dormía a su lado para hacerla despertar:

Kageyama —lo tocó en el hombro tres veces seguidas con su dedo índice.
—Kageyama-kun —lo tocó cinco veces en la punta de su nariz.
—Kageyama-saaaaaaan —le presionaba incontables veces en su mejilla.

—¡Ag! ¡Mierda! ¡¿QUÉ?! —se volteó molesto a verle.

—Buenos días, rey Kageyama —le sonrió el pequeño dándole un dulce beso en los labios, calmando el enojo del pelinegro en un instante—. ¿Sabes qué día es hoy? —le preguntó posándose encima de él.

—Lunes.

—Sí, pero ¿sabes qué se celebra?

—¿Lo que se celebra?... —El azabache se tomó varios segundos para pensar en algún motivo de celebración, y al recordarlo respondió estúpidamente con brillo en los ojos—: ¡Que hoy no tenemos clase de inglés!

—¡Eso no, Baka!

—Ah, entonces no sé —se rindió.

—¡San Valentín! ¡Hoy es San Valentín! —dijo Shōyō, esperanzado de que su tonto novio al menos supiera que significaba. Pero la única reacción que recibió fue un bostezo del pelinegro, pues aún no había entendido de qué se trataba aquella festividad de nombre raro—. Es el día en el que bastardos como tú y Tsukishima reciben una enorme cantidad de chocolates y cartas —agregó el anaranjado de mala gana.

—¡Aaah!, ese día —al fin pudo acordarse.

Kageyama era malísimo memorizando ese tipo de fechas. Por esa razón le había prometido a Hinata hacer todo lo que él quisiera cada vez que llegara alguna fecha en especial; estaría a su disposición por completo sin ningún reproche.

—Ya tengo mi deseo del día de hoy —Hinata le miró risueño saltando feliz de la cama y parándose enfrente suya para decirle su petición—: ¡Quiero ser un cupido! —exclamó tiernamente.

BL en tercer año | Especial Deseo Intenso |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora