Regalito de San Valentin :)

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¡Por qué no hay amor más lindo que el que nos damos a nosotras mismas !

VI POR EL OJO DE LA PUERTA Y ERA ÉL ... MI CORAZÓN QUERÍA SALIR

Arturo marcó una etapa importante de mi vida, no puedo negarlo.

Yo necesitaba compañía y buen sexo, él me proporcionaba más lo segundo que lo primero.

Pero me hizo abrir los ojos a la realidad de muchas mujeres... somos muy conformistas: si ,nos dan un dulce, un mensaje o un pequeño cumplido, y nos sentimos amadas... pero la realidad, la mayoría de veces, es otra.

Y así, lo que en verdad necesitamos es la caja de los mejores chocolates, un buenos días, un "cómo estás", que nos presuman, que se sientan orgullosos de nosotras.

No que nos den migajas.

Él era muy conveniente. Cuando necesitaba de mi intervención me adulaba y me hacía sentir lo más importante para él, y yo accedía a todo.

Recuerdo aquella vez que me avisó muy temprano que me llevaría al aeropuerto pues debía ir a Medellín a una convención.

Me encantó la idea.

Me puse muy guapa y lo esperé ansiosa, subí al auto y me tenía unos pastelitos en una caja, lo cual me sorprendió, pues era poco detallista (por no decir tacaño)... Esos pequeños detalles me enamoraban.

De camino al aeropuerto desvío por una calle solitaria y me pidió bajar mis bragas.

Yo pensaba "esta loco", pero me encantaba que muriera de ganas por mí, así que obedecí rápidamente.

Se pasó torpemente  al asiento del copiloto, casi abalanzándose encima, dio un giro y me sentó en su regazo.

Acariciaba mis piernas con lujuria a la vez que atacaba mi cuello con besos tiernos pero cargados de pasión. Muy  incómodo, por cierto, pero la pasión no daba espera.

Sentía su creciente erección en mi trasero, así que me las arreglé para liberarlo y calmar mis ganas de él.

El sexo entre nosotros era un tanto rudo, pero a plena luz del día no podíamos exagerar los movimientos del auto, así que yo me removía contra él lentamente. Aunque esta posición nos iba a llevar a una larga agonía para llegar al clímax, valía la pena. 

La sensación de estar a la vista de todos, el descaro y el apego que sentía en ese momento eran una carga afrodisíaca muy alta que le ponían sazón a la situación.

Besos y caricias desenfrenadas acompañaban el momento, nuestra respiración acelerada y el ambiente cada vez más húmedo, nos estaban llevando a un nivel más alto.

En el afán de terminar la agonía de mi dulce escritor romántico lo obligó a girarme, dejando mi pecho contra el espaldar, para que él pudiera ingresar desde atrás, halaba mi cabello con pasión desenfrenada a la vez que me sugería al oído que le encantaba mi descaro, mi entrega.

—¡Vamos nena!, quiero escuchar lo que tienes para mí.

En un hilo de voz solo atinaba a decir "no pares, por favor"...

La situación se hacía insostenible, así que subió la intensidad y la profundidad de sus embestidas, haciendo que estalláramos casi que simultáneamente.

El ambiente acalorado del auto, los vidrios empañados y ese embriagador aroma a sexo, me dejaron con dolor en las mejillas por el resto de la tarde.  Esa sonrisa pícara era la prueba que bastaba con el más simple detalle, para que tambaleara mi sensatez.

Esta deliciosa aventura se volvió casi que el plan de siempre. Primero, con la excusa de que no aguantaba las ganas de hacerme suya; otras, con que no había mucho tiempo.

Pero ahora me doy cuenta que lo suyo era pura tacañería. Tacañería en todos los sentidos: le salía barato no pagar motel, y hacerlo dentro del coche nos obligaba a ahorrar en caricias y ternura, aunque en el sexo no lo hiciéramos.

Llegando al aeropuerto me pidió el favor de entregar una reseña suya en una editorial extranjera.
"¡Claro, que sí", respondí.
¿Por qué no hacerle un favor a mi hombre?

***

El amor de una pareja es importante, pero hay algo más grande que eso y es el amor propio.

El valor de la  mujer está por encima de cualquier detalle, de cualquier palabra; donde no te den más de lo que mereces ahí no es, amiga.
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Con una risa burlona abrí la puerta, segura de que si quería mi ayuda tendría que hacer lo que yo quisiera... pues, ser su juguete, nunca jamás... La venganza se sirve bien fría ....

Feliz día de San Valentín !!

El Amor viaja en galeras Donde viven las historias. Descúbrelo ahora