12.- No debo llorar, estoy bien.

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Ahí llegaron Pepa y Julieta, las cuales se sentaron a lado de Bruno.

- Estamos todos orgullosos de ti, Brunito - dijo Julieta a su hermano, el cual sonrió tranquilamente, parecía que sus problemas se acababan...grave error pensar eso.

Unos fuertes toquidos se escucharon en la puerta.
Cuando Julieta abrió la puerta, estaban varias personas del pueblo gritando, no por miedo, sino de enojo.

Pepa apartó a Bruno y a Sabrina de ahí, no sabía que estaba pasando, pero Dolores si cuando llegó corriendo con Bruno.

- Tío...vete a tu cuarto, no salgas por ningún error hasta que te digamos, llévate a Sabrina - rogaba Dolores con miedo en su cara.

- Pero que...- Bruno no terminó

- No hay tiempo, corre - Bruno corrió hacia arriba, cerrando la puerta.

- Papi, ¿Qué pasa? - balbuceaba Sabrina. Bruno ni siquiera sabía lo que pasaba, ¿Porque solamente a el?

Mientras abajo, Julieta quería calmar a la muchedumbre, ni siquiera le decían bien lo que pretendían. Alma preocupada salió, cuando encontró a todos gritando.

- ¡¿Se puede saber el alboroto?! - un hombre gritó.

- ¡Su hijo es un secuestrador! ¡La niña pertenece a la hija de los Bolena! -

- Bruno la encontró abandonada en el bosque, no es su culpa...- Julieta habló pero era interrumpida.

- ¡Lo que pretende Bruno es hacer de esa niña una bruja igual de infame que el! -

- ¡Ya basta, no hay nada que ver aquí! - Luisa no pudo evitar no meterse, odiaba que los rumores llegaran a puntos así. - Es más, la madre dejó la nota, era evidente que no la querían, mi tío solamente hizo lo correcto, no la dejó morir y le brindó amor y cuidados -

Mientras tanto, Bruno estaba junto a Sabrina, le estaba leyendo para calmarla, pero Sabrina estaba muy preocupada, no hablaba ni nada, Bruno la abrazó, pero tocaron la puerta, Bruno supuso ya podía salir.

Cuando la abrió, Mariano entró corriendo y cerró con seguro. Se miraba agitado y alarmado.

- Mariano, ¿Qué pasa? -

- Señor...tuve que venir yo, la gente acaba de decir algo...- miró a Sabrina, a la cual le sonrió, esta también lo hizo.

- Brina, debo hablar con tu primo...espéranos aquí - Sabrina asintió. Bruno y Mariano se alejaron.

- Bruno...ella realmente tiene familia...-
Bruno entonces sintió eso, que algo malo pasaría o se enteraría de algo que menos quería saber. - Todo el Encanto ya se enteró, la madre es Verónica Bolena, la está buscando -.

El mundo de Bruno se vino abajo, Verónica, la que lo había votado y de paso se había burlado de el, incluso hace tiempo intentó abusar sexualmente de el, era realmente su madre.
Bruno tomó la mejor decisión, tendría que dialogar abajo. Pero antes debía aprovechar el momento.

- Mariano...no te vayas aún...- Bruno corrió a buscar un papel y una hoja, no debía de escucharlo Dolores, sino sería peor.
Ahí comenzó a escribir con rapidez.
Bajó corriendo y le entregó la nota a Mariano, este la leyó.

"Mariano, te escribo para que Dolores no escuche, es nuestro pequeño secreto.
Desde antes de que yo desapareciera, sentía cosas extrañas por ti, a pesar de nuestra diferencia de edad y el sexo, no pude evitarlo...

Mariano Guzmán...estoy perdidamente enamorado de ti, es lo peor, ya que eres el esposo de mi sobrina Dolores, pero debía decirte alguna vez, solamente para quitarme el peso...te amo"

Mariano quitó la mirada de la nota y miró a Bruno, el cual tapaba su boca y un enorme sonrojo aparecía en sus mejillas.
El joven hombre tomo las manos de Bruno y lo miró a los ojos, esos ojos de cachorrito. Mariano amaba a Dolores, era la chica más hermosa de todas y no había nada que los separara, pero debía admitirlo, Bruno tenía un cabello muy bonito, era delicado y tenía una personalidad de ensueño, no como las mentiras del pueblo lo tachaban.
Ahí mismo, miró en lo profundo de los ojos del vidente, ese verde olivo lo hacía mucho más misterioso.

- Bruno...Yo...-

Quiso hablar, pero fue interrumpido por golpes fuertes en la puerta.
Bruno al menos ya se sentía menos mal, ya había confesado su mal enamoramiento. Pero aún cargaba con lo que vendría.

Al abrir, Camilo estaba llorando.

- Tío...ven con Sabrina...- Bruno fue por la niña, caminaba rápido y también el miedo lo invadió.

- Camilo, pero el la encontró y la cuidó...- dijo Mariano.

Bruno abrió la puerta y Sabrina corrió con el a abrazarlo, no le gustaba separarse de su papá ni por unos minutos.

- ¡Papi, no te vayas! - lo abrazaba y Bruno la cargaba, Sabrina estaba felíz, pero Bruno para nada, tenía mucho miedo y ese presentimiento no era bonito.

- Mi amor, tenemos que irnos - Bruno la cargó y la llevó junto a Mariano y a Camilo.
Casita parecía en esas veces que no dejaba pasar o quería evitar algo, pero no se podía, Bruno evitaba tropezar y hacia todo por pasar. No quería hacerlo, pero debía.

Al salir, se paró en la puerta y todos comenzaron a gritar peor.

- ¡Dame a mi hija! - salió de entre la gente Verónica, con una mirada de enojo fingido, pero hizo por un segundo una sonrisa.

- ¿Porque la dejaste? ¡¿Sabes que pudo haber muerto?! - Bruno enfureció, se notaba en su voz.

- Mi Brunito pequeño...hice esto para que te ilusionaras...como cuando anduve contigo para que sintieras, pero al final tu nube de sueños se rompió, es lindo verte feliz y de repente de lo peor - Bruno entonces sintió una presión horrible en el pecho.
Vio como Carlos llegaba, el sobrino de Verónica tomaba a Sabrina, lo hacía con lágrimas en los ojos, sabía que no quería hacerlo, el y Camilo habían tenido una relación de amistad y algo cercano esos meses, no quería, pero incluso platicó con Camilo al respecto, también decidió lo mejor.

- ¡Quiero ir con papi! ¡Papi! - Brina lloraba y gritaba.

- ¡Sabrina! -

- ¡Incluso la nombraste! De verdad eres un ratoncito muy tonto, caiste a los anillos de la serpiente - dijo pellizcando la mejilla del hombre.

- ¿Porque haces esto? -

- No aceptaste mi amor, o mejor dicho, que yo entrara a tu familia...debía de hacerte sufrir, además, me gusta mucho el dolor - Verónica habló fuerte.

- ¡Bruno se llevó a mi hija! ¡No es más que un secuestrador degenerado! -

- ¡A mi hijo no le va a estar diciendo así una guarra como tú! - Alma gritó.

- Además su familia lo defiende, Bruno Madrigal es lo que nos ha traído mala suerte, sus profecías son el núcleo de lo malo que pasamos, quiso llevarse a mi hija para criar a la bruja que acabaría con el Encanto...¡Bruno debe ser quemado! -

Bruno comenzó a tener un ataque de miedo, ahí nadie podía ayudarlo, estaba totalmente asustado.

"Corre..."

Escuchó una voz en su cabeza, no quedaba de otra, correr.
Eso hizo, corría con lágrimas en los ojos, le habían quitado a su hija, lo estaban buscando, todo por haber rechazado a Verónica.
Bruno ya no quería, en frente del lago, cayó de rodillas, ahí sollozó como nunca lo había hecho.

- Estoy bien...estoy bien...-

No lo estaba, pero lo que no sabía, es que algo malvado vendría, y no era nadie más que el...

AaAAA, pvto cansancio ;-;

Espero les haya gustado, el final ya está muy cerca, les aseguro que habrá lágrimas, pero no puedo confirmar si de alegría o de tristeza ^^

Bajo la luna // Bruno Madrigal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora