Levana odiaba los secretos y las mentiras. Una llevaba a la otra y así se formaba un círculo interminable.
Su hermano le ocultaba cosas para "protegerla" y su novio la había dejado por "su propio bien". Y ella solo queria alejarse de todo aquello...
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—¿Ya estás más tranquila? —Se sentó Emily a un lado de Levana colocandole una taza con té —deja un poco para Sam y Levana, Quil—regaño divertida al chico que tenía llena de comida la boca.
Levana la tomó y la bebió al instante, seguía sintiendo demasiado frío.
—Perdón por sujetarte tan fuerte, aún no puedo medir mi fuerza —se disculpo Embry.
Levana asintió y miró su muñeca enrojecida por el agarre, no podía culpar a Embry por aquello. Era claro que también había sido en parte culpa de ella al tratar de arrastrarlo hacía su amigo aun con el agarré.
—¿Ellos estarán bien? —preguntó preocupada.
—Él golpe de Seth no le dejará marca, es apenas la mitad de fuerte que Paul. —Golpeó a Quil sin razón. —Le dijo molesta.
—Creeme tiene bastantes razones —murmuró Embry para que la chica no escuchará.
—Vamos, te preparare la cama Levana, mañana será un largo día.
Emily la miró preocupada y la ánimo a que la siguiera; y sin tener otra opción lo hizo. Todo había sido demasiado difícil se entender para Levana pero estaba casi segura de que aquello probablemente había sido lo más normal que había visto hasta ahora luego de todo lo demás.
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Levana corría por el bosque lo más rápido que sus piernas se lo permitian. Estaba demasiado asustada para detenerse en esos momentos, miraba temerosa hacía atrás por si el enorme lobo la encontraba. La falta de aliento la habían detenido para tomarse un momento para tomar un poco se aire. Miró hacía adelante y sus ojos se llenaron de lágrimas estaba atrapada; frente a ella se encontraba el enorme lobo, dio unos cuantos pasos hacía atrás tropezando con una rama la cual la había hecho caer.
—Tú dijiste que me cuidarías. —Exclamó con la voz entrecortada —lo prometiste.
El lobo mostro sus afilados dientes, y en cuestión de segundos se avalanzo sobre la chica haciendo que la misma gritara de terror...
La alarma estaba sonando demasiado fuerte para su gusto, agradeció qué hubiese sido tan solo una pesadilla. Se levantó y acomodó todas las cobijas que le habia propocionado Emily arreglando lo más que pudo el espacio. Al entrar al baño se miró al espejo y pudo ver lo mal que se veía, trató de arreglar su cabello lo mejor que pudo. Un ruido proveniente de afuera hizo que su atención se desviara, miro por la ventana y allí estaban todos. Jared Cameron estaba arrastrando hacía afuera de la casa a Seth mientras Sam ordenaba qué se detuviera lo cual parecía apenas posible. Seth se encontraba rojo de furia tratando de aguantarse las ganas de transformarse; era obvio que la fuerza no era la misma aún. Con apenas 7 cm más bajo qué Jared, Seth aún seguía siendo el más joven de la manada y apenas sus esfuerzos para sacarse el agarre del chico estaban resultando.
