Nix
Ese idiota entrometido debe entender que no necesito seguridad, pero claro como siempre algo o en este caso alguien perturba mi tregua. Con la aparición de Theo sólo me esperan más dolores de cabeza y si Zorova sigue interponiéndose esto acabará mal.
Odio que Caius haga esto, no necesito que me cuide, no me gusta, me abruma y carajo...
Es un imbécil.
Ayer fue un día de mierda por dos motivos, uno Caius envió a sus gorilas a cuidarme y dos el muy inepto desapareció como a quien se lo traga la Tierra, aunque claro la razón es para nada desconocida, pero que mínimo me avise, si quería ir a ver de qué color eran las bragas de Rubí que me diga, tuve que cancelar una cena de negocios y reagendar la firma de un contrato porque a su majestad se le antojó.
Al menos ahora que estoy en mi oficina pue... No, olvídenlo. Mi paz parece nunca ser opción.
¿Será que si me mudo a las Maldivas tenga paz o sólo un bronceado de infarto? Aunque conociendo al gruñón optaría por desaparecer totalmente, es capaz de buscarme por todos lados.
No es como robar la capa de invisibilidad y evadir a mi enemigo como lo hizo Ignotus Peverell con la muerte, no existe tal capa y si lo hiciera necesitaría como cinco para ocultarme y aun así estoy segura de que Caius no dejaría de buscarme.
O eso me gusta creer...
— Nix —y hablando del rey de los gorilas, trae cara de idiota, pero eso ya es natural.
— Modales... por favor.
— Nix —soltó con cierta advertencia que pasé por alto.
— Modales Zorova, ahora salga y toque la puerta —me miró como si la misma medusa se lo hubiera dicho, pero como buen niño obediente lo hizo, luego de tres toques y como me gusta joderlo pregunté lo obvio— ¿Quién?
— Carajo, Kane déjate de juego pendejos —su cara de exasperación era tan bella que quise tomarle una foto, pero desistí.
— No son juegos, son modales, le haría bien aprenderlos.
— Conozco lo que son los modales, los recibí cuando niño.
— Pues no parece, señor —hizo una mueca de molestia.
— Eso es porque yo decido con quien ejercerlos y con quien no —bufé, me tiene chocada con sus intervenciones sorpresa—. Esta es la primera y última vez que entra a mi oficina como pedro por su casa. Halo en serio.
— Nix esta es mi empresa, no puedes decirme que hacer y que no por algo soy el jefe.
— Lo es sí, pero la jerarquía no está de primera cuando interfiere en mi paz y espacio, además ésta mi oficina —dije cruzándome de brazos moviendo mi cabello hacia atrás—, así como yo toco antes de entrar a su oficina por respeto a su privacidad e intimidad, usted hará lo mismo, se llama respeto mutuo ¿lo conoce?
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Resiliencia [+18] ©
Teen Fiction⟨⟨ EN PROCESO ⟩⟩ Volvió a verla... Volvió a ver a esa dulce niña en el espejo, aquella pequeña con lágrimas en los ojos, se miraba fijamente evaluando si era posible ser suficiente. Sus ojos estaban vacíos y opacos, parecía que ya nada le bri...