Capítulo 28 | Ancla

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Caius

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Caius

He vuelto a tener en mis manos a mi pecadora favorita y eso, es lo más jodidamente delicioso.

Hoy exactamente hace quince días que el desastre de la boda había transcurrido y con ello llegó una lluvia de amenazas inminente, ya no importaba, ni ellos ni nada, solo me interesaba la mujer que yacía conmigo en la cama, ninguna amenaza era peso suficiente para nosotros porque la alianza y unión Zorova Kane era un hecho, uno inevitable; nuestros enemigos desearon y empujaron a la ruptura de aquella, pero muy pobre fue su intento, pues nosotros juntos somo inquebrantables, somos fuerza, valor y osadía, nada nos amedrenta y nada nos detiene.

Idiota es creer que pueden contra los líderes de la mafia, sin nosotros nadie sobrevive y ellos muy bien lo saben. Mi mujer y yo somos poderosos, pero también sabemos que la debilidad de cada uno somos nosotros mismos, por ello no perdemos la noción. Cualquier imbécil anhela poder y lo puede obtener, pero nosotros sabemos manejarlo y no nos guiamos por estúpidas ideas o nociones irrelevantes.

Esa es la diferencia entre el ser poderoso y creerse invencible y el ser poderoso y reconocer debilidades.

El contubernio con los Casteller cayó directo en picada cuando Bianca murió, su madre estaba devastada, Maxwell se la pasaba enviando amenazas a puño y letra, amenazas pobres porque sabía que el asesino principal de su hermana yacía bajo su mismo techo gozando de la hospitalidad de su padre, el segundo mencionado es un demente sin remedio que envió una arma con la recámara cargada con la leyenda de "la bala marcó la muerte de mi amada, ahora que marque a la tuya" es un puto enfermo, doblé la seguridad de Kane y la de mi familia por supuesto.

Nadie toca a mis chicas, no lo harán conmigo vivo y conmigo muerto menos.

Estaba en la cama con Nix haciendo círculos distraídos en mi torso desnudo mientras yo acariciaba su cabello, volveríamos a Inglaterra por la tarde, ya era demasiado tiempo fuera de casa, mi empresa no va a mantenerse en pie sola.

—Ahora sí puedo añadir a la lista lo de ser viudo.

Un gruñido de disgusto por parte de la pelinegra me hizo sonreír. —Uno muy sexy, pero no me lo recuerdes porque me tientas.

No me la van a volver a quitar.

—Siempre cedes querida, así haga el mínimo esfuerzo

—Le llamas mínimo esfuerzo a rogar y tentarme siempre, pero está bien, dejaré que vivas en tu nube de ego.

—Eres insoportable Kane —me miró tratando de imitar un puchero que salió más como una mueca, me fue imposible no reír —Eres hermosa amor, más que nada en el universo entero.

Besé su coronilla, deleitándome de su calor y cariño, es increíble pensar que después de dos años de rivalidad y ver quién era mejor que el otro terminamos aquí, juntos.

Resiliencia [+18] ©Where stories live. Discover now