Una historia secreta

Capitulo 1: Monic

Era un día soleado pero todo parecía oscuro dentro de Monic. Ella no creía que el sol le alegraría el día, pues no lo había hecho en el pasado...

Todo eran susurros, murmullos y miradas raras mientras ella caminaba hacia el salón. No era muy amigable. Nadie quería hacer los trabajos grupales con ella ¿Le temían?, ¿era su apariencia? No, era muy bonita y resaltaba en su apariencia con su largo cabello, de un intenso negro azabache con flequillo recto ¿Solo porque era "rara" nadie se le acercaba?, ella creía que era aquello último pero tampoco le interesaba acercarse a nadie, siempre había hecho todo sola o bueno casi siempre...

Cuando salió de clase parecía de noche por aquel pueblo rústico y eso le gustaba más que el día y los intensos rayos del sol. No tenía miedo de las figuras peligrosas que podrían aparecer y secuestrarla, ella no creía en eso, era muy valiente. Pero esa noche creyó escuchar una voz que pronunciaba su nombre. Se detuvo un momento y siguió su camino, hasta que, alguien salió de detrás de un árbol. Era alto, poco más que ella, con pelo corto por lo que distinguía, habían metros de distancia. Monic miró a su alrededor y poco después, cuando volvió a mirar hacia adelante, lo vio. Él estaba muy cerca, con una mirada penetrante de la que no podía ni quería apartar la vista, pero, cuando lo hizo unos pocos segundos, él desapareció. ¿Se fue corriendo?, ¿era una alucinación? se preguntaba. Siguió su camino pensativa y llegó a casa.

No podía dormir porque cuando cerraba los ojos ahí estaba él, lo soñaba y se despertaba, eran pequeñas pesadillas. Con insomnio se levantó a buscar un vaso de agua, pero pasó de nuevo, lo vio del otro lado del vidrio lejos e inmóvil. Salió rápido y corrió hacia él. Poco después se encontraba en el mini bosque que había detrás de su casa. Se había esfumado devuelta, no lo veía por ningún lado, siguió corriendo, por la oscuridad, hasta que tropezó con una rama y sufrió un desmayo por el fuerte golpe de su caída hacía un desnivel.

Cuando despertó estaba en su cama tapada con una frazada, como si nada hubiese pasado, y sentía un leve dolor en su cabeza. Monic intuía que había alguien raro allí afuera y quería saber qué ¿Qué vio?, o mejor dicho ¿Vio a alguien o se estaba volviendo loca?, ¿había sido un sueño?

Al día siguiente todo parecía normal salvo por el clima, pero esto era solo una vez al año: el cielo se ponía oscuro y nublado, el sol no se veía pero, aunque la iluminación que había no era mucha, se podía ver algo, parecía un día de tormenta pero sin ella. En la mente de Monic todavía estaba aquel sujeto misterioso que creía que era real, y quería saber quién era, conocerlo, quizá hablarle, tenía muchas preguntas para hacerle. Ella era muy curiosa con lo desconocido, le interesaba demasiado todo lo que era un misterio sin descubrir.

Diez minutos de retraso se cumplían cuando entró al salón con prisa, porque llegaba tarde, y mientras la profesora estaba presentando al nuevo compañero, Monic se sentó rápidamente en su lugar. No vio al chico, pues no le interesaba si había alguien más o no, como se dijo antes no era muy sociable, de hecho no tenía amigos.
Estaba sacando sus libros de la mochila cuando notó que alguien corría la silla que tenía al lado, ella dijo "no", sin mirar, pero el chico ya se estaba sentando. Él parecía estudioso, prestaba atención mirando al frente pero a Monic le incomodaba su presencia, nunca se había sentado con nadie, o peor, nunca nadie se había sentado con ella. Sus compañeros de clase murmuraban entre ellos, algunos se reían y otros no decían nada. No podía concentrarse, sentía algo raro con aquella presencia desconocida y ni siquiera lo miraba, ni se hablaban.
Antes de irse, cuando estaba guardando sus cosas, agarró una hoja que estaba sobre la mesa pero no era suya, sino de él y decía: "de nada". La agarró y con sus manos la arrugó pensando que era una burla, que eso era por sentarse con ella, ya que nadie lo hacía. Salió enojada y se fue caminando rápidamente por la ira. El chico nuevo no le caía bien y esperaba que al día siguiente se sentara en otra parte.