Capitulo 6: La tragedia

32 6 4
                                    

–Claro que sí, es lo que siempre quise, tener un amigo, un compañero con quién contar, reírme, jugar y las típicas cosas que hacen los amigos. –Dijo Monic con una sonrisa de labios cerrados—.

Elio se acercó y la abrazó susurrando en su oído:

–Gracias, gracias por estar conmigo.

Monic estaba muy contenta de que Elio ahora formara parte de su vida, y aunque no era "normal", era la mejor opción de amistad que podía haber encontrado después de todo lo que había pasado en su colegio.

Se apartaron y siguieron hablando, riendo y comiendo los muffins, la hora pasaba y a Monic no le importaba. El cielo estaba nublado y de un azul grisáceo oscuro.

Elio le contaba sobre su pasada vida humana, cómo eran sus amigos, su familia y la universidad, pero también anécdotas de 'sus chicas', los amorios que había tenido en su adolescencia.

–Y... ¿Cómo se siente estar enamorado? –Le dijo Monic—.

Elio se reía y Monic lo miraba confundida, ¿Acaso había dicho algo gracioso?

—Nunca conocí el amor, solo estuve con chicas que me parecían bonitas físicamente, ya sabes algo casual y sin compromisos.

Monic seguía sin entender, ella nunca había vivido algo así, ni siquiera había tenido un novio.

—¿Nunca has besado a un chico por casualidad? —Le preguntó Elio, a lo que ella negó con la cabeza—.

—Pero ¿Cómo?, ¿por qué? —Insistió él—.

—Es que yo...siempre he sido muy tímida, nunca he hablado con un chico, o bueno, nunca un chico me ha hablado...

—Pero Monic, eres muy bonita, eso es algo que no me esperaba oír, pensé que tu vida amorosa era más activa. Tienes diecisiete y yo veintitrés y aún así con la poca diferencia he vivido tantas experiencias, aunque bueno, en realidad sí he vivido muchos años, MUCHOS años más que tú. —Elio se reía de si mismo—.

Monic ahora sabía su edad, eso nunca se lo había preguntado y le surgió una curiosidad:

—¿Y ahora?, ¿sigues conquistando chicas? A pesar de que eres un vampiro ¿Cómo haces?

—Ehh...bueno digamos que me he tomado un tiempo libre, primero quiero controlar mí sed de sangre y luego acercarme con la seguridad de que no voy a dañar a nadie.

—Pero...han pasado muchos años, en todo ese tiempo tú...¿no has besado a ninguna chica? —Preguntó Monic—.

—No...todavía no me siento listo, al menos eso creo. Mira, hace poco te quise morder, ¿Entiendes?

—Pero eso fue un descuido mío por acercarme sabiendo que habías consumido sangre y la primera vez en la carretera también, te habías quedado sin reservas. Elio tú puedes, lo que tienes que hacer es confiar en tí, no puedes vivir una vida en soledad porque no sientes seguridad en tí.

—Y lo dice la humana que no le habla a nadie. –Dijo Elio—.

Monic volteó los ojos.

—Pero estamos hablando de tí, no de mí, tal vez no sea la indicada para decir esto pero es verdad, tu no confías en tí, tienes miedo.

—Tienes razón, te prometo que algún día volveré a ser aquel chico que era, pero necesito un poco más de tiempo.

—Está bien, entiendo.

—¿No tienes que volver? Tu mamá podría preocuparse por tí.

—No, hoy ella hace guardia en el hospital, pero tengo un poco de frío.

Una historia secretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora