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Mi entorno se hacía pesado, cada segundo era una agonía para mis pulmones. Comencé a sentir que me faltaba el aire, el espectro comenzó a dirigirse en nuestra dirección. Samael con una velocidad sorprendente se posó frente a mí con una postura de protección y defensa, tapando mi cuerpo por completo. Su respiración era agitada, su mirada desprendía odio y tal vez un poco de temor. Era entendible que se sintiera de esta manera solo somos dos humanos frente algo que nunca creímos ver. De pronto aullidos comenzaron a escucharse, uno de tras de otro, cada vez más cerca haciendo que mi corazón se acelerara aún más. Tengo tanto miedo, no sabía que había lobos en este pueblo, si no morimos por el fenómeno que tenemos frente, moriremos devorados por lobos y ninguna de las situaciones me parecían agradables. ¿Es aquí donde termina todo? Es irreal todo lo que me está sucediendo, no puedo ser tan desdichada. Ante los aullidos, el espectro comenzó a retroceder hasta que ante mi vista desapareció. Dejándome totalmente confundida y a Samael con una sonrisa de lado en su rostro. ¿Cómo puede sonreír ante algo tan espeluznante? Tan pronto el espectro desapareció los aullidos dejaron de escucharse. Nos quedamos unos segundos en silencio donde lo único que se podía escuchar era mi respiración agitada, hasta que decidió hablar.

- ¿Estás bien? - preguntó ahuecando mi rostro entre sus manos. Negué con la cabeza. - Todo esto tiene una explicación Aurora. Vamos con Clemencia, vámonos a mi pueblo prometo que ahí te podré explicar todo más detallado. No estás segura aquí, no estas a salvo.

¿Qué no estoy a salvo? ¿Qué demonios está sucediendo? No dije ni una sola palabra, ¿Él sabía lo que estaba pasando? ¿Acaso era satánico? ¿Brujo tal vez? Clemencia debía enterarse de esto, siento sus ojos en mí, pero no puedo mirarlo. Todavía estoy procesando como es que mi hermanita muerta me habló y luego se convirtió en un ser tan espantoso. Necesitaba respuestas y las quería ya. Hay algo tenebroso ahí afuera y está buscándome, pero ¿por qué a mí? ¿Qué fue lo que hice para merecer todo esto? En el trayecto a lo que iba a dejar de ser mi hogar estuve reprimiendo las ganas que tenia de llorar, el nudo que tenía en la garganta era tan grande que se sentía doloroso. Mi nariz estaba congestionada de tanto que había llorado ya. ¿De esto se trata mi vida ahora? ¿De lamentos, dar lastima y tristezas? El camino a la casa se me hizo eterno, al llegar corrí hacía mi habitación y cerré la puerta a mis espaldas, me deslicé por esta  y me permití llorar un poco más, esta experiencia había sido tráumate para mí. Es un día que no creo que pueda olvidar. 

- Aurora, ábreme la puerta por favor – escuché la voz de Clemencia y sin dudar le abrí – pude ver tristeza, preocupación y miedo en su mirada – mi niña bonita, mira cómo estás – dijo con tono triste. Tomó asiento en mi cama mientras yo comienzo a narrar lo sucedido. Me acariciaba el pelo mientras yo me deshacía y me aferraba a su regazo mientras le contaba con lujo de detalle los acontecimientos.

- Fue horrible – dije al final – Te juro que no te miento, Samael llegó y lo vio todo. Puedes preguntarle – dije desesperada intentando que me creyese. – por favor no me lleves al psiquiátrico, él puede desmentirme, pregúntale.

- Samael me ha contado todo, solo quería que tú también tuvieras la oportunidad de desahogarte, claro que te creo. – dijo con ternura – por ningún motivo del mundo dejaría que te llevasen de nuevo a ese lugar.

- Él sabe algo Clemencia, me dijo que me lo iba a explicar cuando llegáramos a tu pueblo, algo nos oculta. – ante mis palabras Clemencia despegó sus ojos de los míos, y bajó su rostro con vergüenza. Me sorprendí y me alejé unos cuantos pasos. Ella también sabe. Yo soy la única ingenua – Pensé que confiaba en mí, usted conoce de la información que busco y me la oculta. – No pude evitar que mis palabras sonaran con reproche, se podía reflejar en ellas la pizca de traición que estaba sintiendo. – Por favor necesito saber lo que sucede, usted no se imagina la tortura que fue ver a mi hermanita pedir ayuda y luego convertirse en una criatura horrenda. – le supliqué.

- Samael te hizo una promesa Aurora y te la va a cumplir, créeme que él te explicará todo, pero tenemos que irnos. Estamos en peligro aquí. Hazlo por mi por favor, no podemos dejarte. Hay muchas cosas que no sabes de este mundo, hay cientos de cosas por descubrir tienes que ser sensata y por el momento confiar. Se que no confías en él, no lo conoces, pero sé que confías en mí. Jamás haría algo que te perjudicara solo quiero protegerte, protegerlos. Le hice esa promesa a tu padre. – ante le mención de mi progenitor me descompuse, esto va más allá de mí.

- ¿Qué relación tenías con mi padre? – solté de golpe algo asombrada - ¿Por qué me ocultan tantas cosas? No creo poder sobre llevar todo esto Clemencia, es demasiado. Es demasiada carga para mí, no entiendo nada y no lo encuentro justo. – no mentía me sentía abrumada por los acontecimientos y sentía que cada vez había una noticia o una mentira nueva destapada.

- Tus padres y yo hemos sido amigos por alrededor de veinte años – dijo con tristeza y sorprendiéndome – No hay mucho que te pueda contar ahora, espera un poco más, espera llegar a nuestro hogar, a tu hogar. Ahí tendrás una contestación para cada duda que tengas. Si yo no tengo una respuesta, créeme que Samael la tendrá. Nos tenemos que ir ya, nos esperan afuera – fue hasta donde me encontraba, dio un beso en mi frente y salió por la puerta dejándome aun más confusa que antes. 

No se que me espera en este nuevo lugar, necesito tiempo para organizar las preguntas que haré. Todo esto que ha dicho Clemencia acerca de tener una amistad tan estrecha con mis padres me ha dejado anonadada. ¿Cuándo mi padre le hizo prometer algo tan grande a Clemencia? No sé si esa sea la pregunta correcta de formular, sino ¿Por qué motivo mi padre le pediría que cuidara de mí? ¿A caso él sabía que moriría? ¿Qué tiene que ver Samael con todo esto? ¿Por qué tiene respuestas a mis preguntas? No lo había visto nunca hasta el día de la cafetería y es muy joven para tener una relación de muchos años con mi familia. Me dispongo a bajar las escaleras, no hay nadie en la casa. Tomo un poco de aire y lo expulso exageradamente. Después de que toque ese pueblo no volveré a ser la misma, lo presiento. Solo espero hallar la verdad, después de eso tomaré mi propio rumbo.

Oscura realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora