Capítulo 6

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Katerina: 

He vivido demasiado tiempo, para experimentar los dolores más grandes que puedan causarle a una persona, te conozco y nos reconozco como iguales y tan distintas a la vez. Siento mucho que tú destino sea equilibrar el universo del desamor causado por Silas y Amara.

Siento mucho despedirme por una carta, pero si te veía, aunque sea una vez más no iba a irme, no sé cuál es mi papel en toda esta burla del universo, pero ya no estoy dispuesta a descubrirlo.

Me enamore de ti hace más de 145 años, cuando tenía 15 años y pasamos largas horas conversando de la vida, de tu historia, de lo que habías tenido que pasar. Jamás te juzgue y no voy a hacerlo después de tanto, pero tus elecciones me han perjudicado desde entonces, jamás estuve dispuesta a entrar en la contienda por que Salvatore lograba enamorarte, ni lo estaré, porque tú Katerina Petrova, eres un alma libre, al que jamás pueden atrapar ni lo harán.

Has escapado durante más de 500 años y sé que puedes hacerlo 500 años más, lamento no estar ahí para verlo. Mi viaje concluye aquí con esta carta, por favor no me busques, ni intentes contactarme porque ya no quiero saber nada de esto.

Cuídate mucho Katherine, espero que encuentre la paz que tanto buscas en tu sed de venganza. Te dejo los regalos que me hiciste como mi prueba definitiva de que ya no voy a volver.

Te amo Kat, Athenas. 

Cuando Katherine termino de leer, la furia y la tristeza la abrazaron como una vieja amiga, como si hubiera perdido a alguien durante mucho tiempo y aunque no quisiera seguía perdiendo. Estaba furiosa con la joven Salvatore por tomar la decisión de irse de su vida una vez más, cuando Katherine abrió esa puerta un océano de emociones abrazo su cuerpo tan fuerte que no había alivio ni paz, había emociones que pensaba que jamás había experimentado, pero ahí estaban y no tenían intenciones de irse pronto. La primera vez que creía haberla visto en la estancia Salvatore, cuando la conoció apenas tenía 15 años, la sonrisa que le había dedicado, las insinuaciones de ambas, el beso durante la luna llena y la sonrisa de Athenas cuando el amanecer acaricio su rostro la mañana que se alejó pensando que jamás volvería a verla. 

Flashback.

Athenas: sé que tienes que seguir escapando, pero no es necesario que hagas todo esto Katerina - la miró tomando su mano antes del último amanecer juntas - puedes tener un lugar aquí

Katherine: en un pueblo donde pronto van a exterminar a los vampiros porque simplemente no aceptan lo diferente - la miró - no me digas Katerina, esa mujer murió hace mucho tiempo

Athenas: Kat - sonrió de manera burlona - en esta época todo lo diferente está mal, nada va a cambiar eso, pero tú eres una vampira, puedes vivir en la época que quieras, desearía tener eso

Katherine: ¿inmortalidad? - la miró - sabes que puedo convertirte

Athenas: no, no quiero que lo hagas - la miró respirando hondo - no debió pasar nada de esto, nuestra amistad, el beso que me diste, ni siquiera debería estar aquí - quitó sus manos levantándose - no quiero ser inmortal, quisiera poder tener la oportunidad de vivir para experimentar lo que se siente amar a una mujer siendo libre, sin una sociedad que me juzgue por eso

Katherine: entonces si nada de esto tenía que pasar ¿Qué haces aquí? - la miró molesta - ¿Por qué quieres borrar todo esto?

Athenas: porque veo tu corazón Katherine - sonrió triste - sé que jamás serás capaz de amar mientras sigas aferrada a tu venganza y a tu intento de huir del destino, a tu intento de utilizar a todo el mundo para tu conveniencia - camino hasta la salida - puedo tener 15 años Kat, pero sé que jamás dejaría que me uses para tu conveniencia y mucho menos romper mi corazón 

Katherine: ¿Por qué me dices todo esto? - por primera vez en muchos años dejaba abierto su corazón - soy una vampira de muchos años, puedo matarte en un segundo por tu insolencia 

Athenas: hazlo entonces - se encogió de hombros - eso no va a hacer desaparecer todo lo que sentiste y lo que te dije, mucho menos va a cambiar el hecho de que me enamore de ti, pero prefiero cuidar el poco corazón que me queda de alguien que no puede usar el suyo hace mucho tiempo

Katherine: retira lo que dijiste - tomó su cuello asfixiándola - retíralo o voy a matarte

Athenas: hazlo Kat - puso sus manos sobre las suyas - hazlo, sigue apagando tu humanidad, yo puedo ser humana por ambas a pesar de estar muerta

Katherine: eres una idiota - le dio un último beso dejándola ir - no voy a volver a buscarte, quiero que lo sepas

Athenas: la primera vez que te vi aparecer frente a mí lo supe, no hace falta que lo digas - sonrió yéndose de su lado 

Fin del flashback. 

En ese momento Katherine sintió un mareo demasiado grande, recordó todo lo que habían vivido junto a la joven Salvatore, como está la había rescatado de la corriente del río a pesar de que no podía morir, le había hecho respiración boca a boca, le había conseguido asilo en la casa de los sirvientes de su casa y cada día se encargaba de ver si estaba bien. Como cada noche se escapaban al río a ver las estrellas, donde le había contado sus desdichas, donde por primera vez en años, siglos, había abierto un poco su corazón y la joven no se había asustado, no se había apartado al saber que era un vampiro, se había quedado toda la noche sujetando su mano y ella misma se había asustado, del amor, de la humanidad de esa joven. 

Ahora recordaba cómo había ido con Emily contándole todo lo que había pasado y pidiéndole que le borrara de sus memorias todos esos días, porque de lo contrario haría una locura y necesitaba alejarse de esa joven, necesitaba olvidarse de ella. 

Así que lo hizo, Emily borró de su memoria los recuerdos de la joven a la que había amado, probablemente la única persona que había amado en sus más de 540 años, a quien había buscado por siglos para completar el vacío que sentía en su corazón, encaprichándose con que Stefan sería quien lo completara. Pero luego cuando volvió estaba ella, una joven de 24 años que trabajaba con Pearl, la trataba como una chica común, que no les tenía miedo a sus insinuaciones y no tenía problema en coquetearle cada vez que la veía, que sacaba su lado racional y que se burlaba por estar con sus dos hermanos. 

La humanidad en su inmortalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora