⭐𝑋𝐼𝑋. 𝐸𝑠 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎𝑙⭐

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Cinco se había dejado ganar y Diego me confirmó que no tolera perder. Cada centímetro de mi espalda dolía y no podía eliminar la imagen mental de Cinco sonriendo tirado en el piso.

Llegó la hora de desayunar, tenía mucha hambre, tuvimos clase de cálculo y matemáticas, dos horas seguidas de aburrimiento, en la sala de clases yo me sentaba detrás de Cinco y a un costado de Vanya, estábamos formados por números.

No prestaba suficiente atención, igual no entendía nada de lo que estaban diciendo, Cinco escribía cosas como si no hubiera una mañana, no sabía si eran apuntes de la clase o simplemente anotaba todo lo que se le ocurría.

-Para la siguiente clase necesito que tengan las seis fórmulas completamente memorizadas -pidió Pogo mientras caminaba de un lado a otro en la habitación.

Toque suavemente el hombre de Cinco -¿Oye Me prestas tu libreta?, es que no me dio tiempo de escribir las formulas -explique amablemente.

-Pueden retirarse jóvenes -ordenó Pogo en ese mismo instante.

Cinco se levantó, sin antes arrancar una hoja de su libreta, la dejo en su mesita y se fue sin decir absolutamente nada.

-O-Okay...- Por pura curiosidad la tomé. Era la hoja con las fórmulas anotadas, sus letras y números eran un poco descuidados pero lograba entenderlos. 

Teníamos una hora libre para poder ducharnos o hacer lo que se nos diera la gana. Obviamente fui a ducharme, tenía polvo hasta en las costillas. Recuerdo haber encontrado un par de hojas de entre mi pelo. Salí de bañarme y aún tenía unos treinta minutos libres. Me dirigí camino a la sala pero antes de llegar me encontré en el balcón a Luther y Diego.

-Yami, ven para acá -pidió Luther notablemente feliz.

-Hola -saludé. -Esta vez casi te gano y limpiamente -le recordé a Diego con orgullo, anteriormente me dijo patética por picarle los ojos y me sentía feliz por haber hecho algo con mis propios poderes.

-Tu lo has dicho, casiii... -contestó triunfante haciendo énfasis en el "casi". -Suerte para la próxima, la vas a necesitar -dijo en forma de amenaza sin ser brusco. 

-No creo, de no ser porque te ayude a levantarte te hubiera ganado -conteste vanagloriosa.

-Pero no fue así, tu no aceptas que te gané -dijo dándome un toque en la barbilla con su dedo índice. Que molesto.

Las niñas subían las escaleras y empezaron a ver a el espectáculo que estaba a punto de dar Diego.

-Diego tranquilo solo es un comentario -dijo Luther poniendo una mano en su hombro.

-Ella sacó el tema -Diego se defendió.

-Diego solo es un juego y recuerda que nada es personal -aclaré tratando de sonar relajada. Mo estaba para nada relajada.

-No es un simple juego, y si, es personal -confesó pesado.

-Pues yo no tengo nada contra ti -insistí en ser amable para volver a una charla más tranquila.

-Claro que si, lo hiciste desde que llegaste -soltó.

-¿De que hablas? En ningún momento te he hecho ni te he dicho nada -aclaré disgustada.

-Diego, no empieces, vámonos -Luther lo tomo del pecho.

-Crees que porque eres la nueva todos están de lado tuyo -

-Estás loco -contesté desinteresadamente. Si quería hacerme enojar lo estaba logrando y no quería eso.

-Te crees demasiado y lo único que pasa es que te tienen lástima, porque eres una inútil ¡Eso es lo que piensan todos de ti¡ –dijo sonando muy honesto.

The Night We Met  (Shifting-The umbrella academy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora