The Night We Met (Shifting-The umbrella academy)

⭐𝑋𝑋𝐼. 𝑀𝑜𝑟𝑎𝑙𝑒𝑗𝑎⭐

Me encontraba escondida tras la puerta de la habitación de Ben, sabia que Cinco estaba ahí. ¿Y por qué estaba escondida? Fácil, no quería que saliera repentinamente y me encontrara ahí afuera, además, no tenia el valor para tocar su puerta.

-Ya, si puedes... -me di valor para salir de mi escondite. Tomé el picaporte pero Cinco salió de su habitación.

Mierda, mierda. ¿Qué hago? Miré mis manos ¡Por favor que no me fallen los entrenamientos de Ben! Imploré detrás de la puerta.

Me volví invisible y camine sigilosamente a unos metros de Cinco, cuando sentía que fallaba me metía a un pasillo o en alguna esquina para poder intentarlo de nuevo.

Cinco entró a la biblioteca, caminaba lentamente por los libreros, y yo hacia lo mismo del otro lado, dando vuelta en una esquina me pegué en el hombro con el estante, el ser invisible era un poco difícil. El salió de ahí, creí que me había visto pero no estaba segura, comenzó a bajar las escaleras hasta llegar al ultimo piso de la academia ¿Por qué había ido hasta allá? Caminaba demasiado lento y no hacia absolutamente nada. Volví a la normalidad y deje de esconderme, no era necesario, ya estábamos solos.

-¡Oye Cinco! -Hable a unos cuantos metros de donde estaba él. Se detuvo en seco sin decir absolutamente nada.

-¿Podemos hablar? -pregunté acercándome un poco mas.

-No tengo tiempo para esto, deja de seguirme -soltó sin tacto alguno dándome la espalda y siguió caminando.

Traté de seguirlo pero entró a la habitación de Pogo cerrando la puerta, cuando abrí él ya no estaba.

La respuesta de Cinco me había dejado desconsertada, no podía creer que todo esto me estuviera pasando.

El problema de todo era yo y la equivocada era yo por creer que podía llegar a tener algo con el así de fácil.

La esperanza resulto ser mi tortura más cruel.

Si Diego siendo uno de mis personajes favoritos en la serie pudo arruinar mis expectativas en cuestión de minutos ¿Qué me garantizaba que Cinco no lo hiciera igual?

Caminé derrotada a mi habitación y como si de una señal se tratara la puerta de la habitación de Klaus se abrió.

El estaba acostado en su cama.

-Hola...-me saludó.

Camine hacia el, me quite los zapatos y me metí entre las sabanas sentandome junto a él.

-¿Estas bien? -preguntó

-Si -contesté mientras jugaba con mis dedos.

-¿Segura?-

-Muy segura...-dije con voz entre cortada.

-¿Nesesitas un abrazo? -dijo abrazándome lentamente.

-No porque voy a llorar...-respondí y pequeñas lágrimas comenzaron a salir por mis ojos.

-Esta bien... -dijo acariciando mi hombro. -No es malo sentirse así, solo no dejes que te gane ¿recuerdas? Tu lo dijiste -

-Me hace sentir como si fuera la peor persona del mundo -dije llorando.

-Pero eso no es cierto, eres la única persona que tiene sentimientos en esta casa -menciono Klaus.

Me reí -No hagas eso, no me dejas llorar a gusto -reproche.

-Mientras pueda evitarlo lo haré las veces que sean necesarias-explico. -Cuéntame ¿qué pasó? -dijo tomando asiento frente a mi.