The Night We Met (Shifting-The umbrella academy)

🍩 𝑋𝐼𝐼. 𝑅𝑜𝑡𝑜 🍩

Espere los treinta minutos caminando por los balcones cerca de la oficina de Reginald.

-Estrellita vamos, ¿Qué tienes? -me pregunto Klaus.

-Estoy nerviosa -contesté.

Se río de mi -¿Nerviosa por qué? -dudó.

Tal vez porque voy a hablar con tu papá que es un extraterrestre millonario que me puede mandar a dormir a un sótano diez pisos abajo solo si lo interrumpo mientras hablo.

-No sé ¿Y si me regaña? -contesté.

-Entra ahí, tu puedes -dijo empujándome hacía la puerta.

-Entonces, ¿quieres remodelar la habitación nueva que te di? -cuestionó Reginald mientras revisaba algunos papeles.

Pues muy nueva no estaba, digo, considerando que tenia un hongo gigante de humedad entre sus sabanas...

-De hecho solo es la pintura, esta un poco húmeda y las sábanas estaban sucias, impregnaron las paredes de un olor extraño -expuse.

-He recibido quejas de número uno sobre eso -mencionó.

-Ya le di mis sábanas a Grace pero un poco del olor sigue ahí -expliqué.

-Esta bien, le diré al chofer que te lleve a comprar algo de pintura y llamaré a unos expertos para que pinten la habitación -dijo levantando un el teléfono.

-Yo lo puedo hacer si quiere, bueno no quisiera causar molestias -

-Déjame pensar y en veinte minutos te autorizo, puedes retirarte y hazme el favor de llamar a número cuatro -

-¿Me hablabas Papi? -dijo Klaus asomándose por la puerta.

-¿Otra vez en conversaciones ajenas, número Cuatro? -regañó Reginald.

-Retírate número Ocho -pidió.

Estaba a unos metros de la puerta escuchando la conversación que tenía con Klaus, no era curiosidad solo lo estaba esperando...

-No es posible Número cuatro, Tus notas están por los suelos -reclamó Reginald.

-Castígame, como sea, tus castigos son cada vez más creativos -contestó Klaus sínicamente.

-No puedo hacer eso, llevo diez años así y sigues sin aprender tu lección -

-Realmente no me interesa, adiós, sigue en lo que sea que estés desde hace trece años -dijo Klaus.

-Aun no di autorización para irse, no te atrevas a cruzar esa puerta-

Klaus no respondió.

-Eres lo suficientemente capaz de evitar esto, acaso no lo ves, posees un maravilloso don y no quieres siquiera intentarlo, no entiendo que es lo que ganas con hacerlo -respondió Reginald.

-Ese es el problema, tu nunca entiendes, pasas tus días recordándonos lo maravilloso que eres -Klaus dijo Frustrado.

-¿Qué más necesito entender? Que tengo un hijo adicto y inservible. Yo no te eduqué así y sabes perfectamente lo que va a pasar si no modificas tus hábitos, es hora de madurar número cuatro -

-Mi nombre es Klaus, no número cuatro, ¡Cierto! Tal vez ni siquiera lo sabías porque tú no te molestaste en tan solo ponernos un nombre -reclamó.

-Eso no importa ahora, lo importante es su futuro -dijo Reginald.

-¿Nuestro futuro?¿O el tuyo? -preguntó -Solo somos niños papa, mataríamos por ser perfectos solo para tener un poco de atención tuya, ¿es tan difícil entenderlo? -