The Night We Met (Shifting-The umbrella academy)

⭐𝑋𝑉. 𝑅𝑒𝑑𝑓𝑙𝑎𝑔⭐

La clase de baile habia empezado, sería la primera clase en la que Cinco y yo bailariamos ya que en las clases anteriores habiamos estado trabajando la postura y esas cosas.

Tomados de las manos Cinco podía sentir el temblar de mi cuerpo y mi nerviosismo, yo solo podia percibir...

Nada, absolutamente nada de parte de el.

Al fin Grace dio la misma orden de siempre.

-Mirada al frente y sonrían -

La sensacion de mirar a Cinco era simplemente electrificante, podia sentir pequeños escalofrios pasar por mi cuerpo. La infinita rama de colores en sus ojos era simplemente perfecta y te hacia querer mirarlos por horas.

Al contrario de lo que yo creía y de lo que Diego dijo, Cinco no bailaba tan mal, Para nada mal.

Lo hacía con tanta seguridad y precisión. Lo entendía, yo tampoco hubiera bailado con ánimos si lo estuviera haciendo con una persona tan irritable como Diego.

Yo no lo hice mal, era solo cuestión de dejarme llevar por el ritmo de la música y por los pasos que Cinco daba, nuestra conexión facilitaba todo y no hacía falta hablar para poder comunicarnos aunque no me molestará si lo hiciera.

-Debe ser feo bailar con Diego -hablé.

-¿Mamá puedo ir al baño? -Cinco respondio y se teletransporto.

Más que vergüenza por tal rechazo sentía tristeza y decepción, ¿Tan mal se sentía el como para tratarme de esa forma?

Fui a mi habitación después de clase y antes de ir a cenar. Klaus ya había terminado de pintar.

-¿Te gusta? -preguntó recogiendo todas las cosas sin mirarme.

-Te quedó muy linda -dije parada en la puerta de la habitación.

-Yo solo pinté, tú tuviste la idea de pintar así -contestó.

Ayude a Klaus a recoger todo y movimos la mayoría de muebles los dos juntos, ninguno habló en el transcurso más que para cosas mínimas como «muevete a la izquierda»

¿Será que tenía que decir algo? O el no pensaba decir nada como «¿Podemos hablar?» Al parecer los Hargreeves arreglaban todos sus problemas dejándose de hablar y yo no me resistía a hacerlo igual. Maldito orgullo.

-Número 4 -hablo Reginald en la cena.

-Si papá -respondió Klaus.

-¿Has terminado la tarea que te asigne? -preguntó

-Si papá -

-Espero que eso te haya ayudado a aprender tu lección -

La mesa se quedó completamente callada a excepción de Diego que rayaba la silla con su navaja.

-Numero dos, te he dicho repetidas ocasiones que no rayes esa silla -regaño Reginald.

Diego enterró el cuchillo en la mesa y lo deslizo generando un chillido muy agudo.

-Es suficiente, ve a tu habitación y no bajes a desayunar mañana -demandó Reginald enojado.

-Me importa un carajo -contestó Diego y se fue.

Reginald no dijo nada y continúo comiendo, ¿Qué es lo que había pasado?

La mesa quedó en completo silencio.

-¿Cinco, me pasas la Sal?-pedí amablemente.

Cinco me miró un poco y volvió a comer. Que momento tan vergonzoso.