CAPÍTULO 15

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EL CALLEJÓN

OLIVIA

Las diez horas de bus se me hicieron más pesadas que las de la primera vez, pero en esta ocasión no por Sara si no por todo lo que había pasado ayer, lo que me había dicho Andrew me había roto por dentro, tenía tantas ganas de llorar, pero no quería, no delante de Sara, después de diez largas horas acurrucada en el sillón llegamos al pueblo... Añoraba esto, será bueno para despejarme ¿No?

—¡Bueno! ¡Ya estamos en casa! -me dijo Sara al posarse del bus...

—Si, hogar dulce hogar -dije con una sonrisa triste-

—Oli, ¿Estás bien?

—Claro, si -dije poniendo una sonrisa falsa-

—¿Y que pasó anoche? ¿Por qué no me cuentas nada Olivia?

—Por que no pasó nada Sara, simplemente no quise hablar más con él.

No era ni capaz de pronunciar su nombre...

—Ya claro -dijo se brazos cruzados...

—Hey no le des mas vueltas, estoy bien ¿Vale? Venga deja de poner esa cara sonríe ¡Estamos en casa!

—Bien, bueno, no insistiré más... Pero ¿Sabes que me puedes contar todo verdad?

—¡Claro que lo se Sara!- dije con una sonrisa para tranquilizarla.

—Vale, te creo... Bueno me voy, ya sabes cualquier cosa

—Te llamo

— Así me gusta

Me despedí de Sara y me dirigí a casa, a esa casa que no había visto desde el verano... A mi casa

Al llegar a casa ví como mi madre salía de la puerta y corría a abrazarme...

—¡Mi niña! -Dijo abrazandome con fuerza

—¡Hola mamá! -dije abrazandola más fuerte

—Ay tres meses sin verte... Te eché mucho de menos mi niña

Al fondo vi a mi padre apoyado en el marco de la puerta sonriendo de oreja a oreja

—¡Hola papá! Dije dirigiéndome a abrazarlo

—Hola peque

Adoraba que me llamase peque

—¿Donde esta Sam?-Pregunté a mis padres

No le dieron tiempo a responder cuando de repente unos brazos me rodearon por la cintura y me levantó hacia arriba.

—¡Hola enana!-Me dijo Sam

—Sam, no, para no me levantes tanto, ¡Sam! -le grité riéndome

—¿Qué pasa enana, la universidad te ha vuelto pija o sigues siendo la chica ruda del pueblo?

—No se, si quieres te lo demuestro pegándote un puñetazo en tu partes nobles -dije sonriendo

—Esa es mi enana tan ruda como siempre- dijo Sam frotandome la cabeza

Sam era mi hermano mayor, un oso de metro noventa de pelo castaño y ojos marrones, él siempre fue mi guardaespaldas...

Cuando los niños se metían conmigo siempre estaba él para pegarles... Le eché tanto de menos, a todos en general.

—Niños, dejar de jugar así...-dijo mi madre, odiaba que nos incordiaramos así. Y a nosotros nos encantaba molestarla...

— Cariño déjalos, hacen meses que no se ven - dijo mi padre

Dime que me quieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora