Le dió a Heavy la carta que contenía la “S” cuando caminaban juntos hacia la escuela. No tiene hora para darle la letra, apegarse tanto a un horario no es lo suyo.
Le tiemblan las manos y su corazón late más rápido, con miedo y opresión. Cada vez falta menos para que su increíble declaración termine. Para que Heavy sepa sus sentimientos ¿Debería ir preparándose para el rechazo?
¡Dios! Le aterra saber cómo vaya a terminar. Sus pensamientos no lo dejan estar tranquilo. Siente que todo lo que se reproduce en su cabeza son gritos pesimistas que chillan sobre los positivos. Nadie, ni las películas o libros, le aseguran que su mejor amigo corresponda a este intento de cliché.
Pero sí así fuera, estaría más que feliz. Tan contento, con una felicidad tan embriagante como el más exquisito vino que su tía Lidya toma en las cenas. Sí Heavy le dijera «¡Sí quiero salir contigo!» con su entusiasmo tan característico pero más brillante, más destellante y más bonito.
Porque él sería la razón de provocarlo.
Respiró con fuerza. Llenándose de valentía y probando un poco de estabilidad mental, como sí fuera una gota de agua lo que está tomando, para calmar su mente y no entrar en crisis.
Está a tres letras de que su vida cambie.
—¡Ya dime para qué son estás letras!
Pero Heavy y sus preguntas no hace que la balanza dejé de estar equilibrada. Hay tantos pros y contras en el comportamiento de su aún mejor amigo, y su poca cordura, que es difícil predecir el final.
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Una Por Letra.
FanfictionDee le dió ocho cartas a Heavy y en cada una de ellas solo había una letra. Colección de drabbles.