[VentixFem!Reader]
Espinadragón era una montaña tan misteriosa como para atraerte a ti y al equipo de alquimistas de los Caballeros de Favonius, pero tan peligrosa al mismo tiempo...
-Los personajes no me pertenecen, son de Mihoyo
-Ni la imagen de l...
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▪︎Narra la narradora ▪︎
—¡Señorita T/n! ¡Lamento despertarla, sin embargo, necesitamos su ayuda!—gritó un caballero que acaba de entrar a mi habitación con una mirada preocupada en su rostro, seguido de otro más joven detrás suyo.
Quedaron unos segundos en silencio, antes de que suspiraras con algo de cansancio. Sacudiste la cabeza ignorando la voz en tu cabeza que te decía que los ignoraras y volvieras a dormir, no eras capaz de hacer algo así, mucho menos viendo lo alterado que estaba el hombre, y sobre todo cuando le echaste un segundo vistazo, tenías varios rasguños dispersos por su piel, y pudiste recordar que era uno de los caballeros que Jean mando a acompañar a Lumine y su equipo. Por lo tanto, te levantaste de tu cama y pusiste una expresión más seria en tu rostro, como para que el caballero se calmara y supiera que lo que sea que estuviera pasando estaba en buenas manos.
—Andando, es más favorable que me vayas contando todo en el camino, no perdamos más tiempo.—dijiste, recibiendo una rápida afirmación de parte de los dos.
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Tal y como les dijiste, te empezaron a contar la situación en el camino, lo cual no tardó mucho, al menos para ti ya que tenías una velocidad de movimiento mucho más rápida que la de ellos, de hecho, les costaba bastante seguirte el paso. Te habrías teletransportado y el viaje habría sido más corto, pero no tenías energía para eso, tomando en cuenta que cuando te teletransportabas fuera de Liyue era mucho más cansado de lo normal.
Dejando ese tema de lado, lo que ocurrió fue que la cantidad de monstruos aumentó en cantidades inesperadas, aparte de eso, su fuerza y resistencia también estaban aumentadas. Estabas empezando a dudar de si llamar a Venti o si tu sola podrías apañartelas, decidiste ir primero tú y ver que tal estaba la situación en persona. De todas formas, tampoco creías que el arconte estuviera en muy buenas condiciones de pelear o algo por el estilo, al menos no por ahora.
Finalmente, llegaron a su destino, la puerta se abrió ante ti, y no tardaste ni un segundo en entrar. Ya habían perdido suficiente tiempo llegando hasta aquí.
En cuanto llegaste, te sorprendiste un poco al no ver a la viajera ni a los demás, pero por suerte, y al dar un segundo vistazo, los viste en una zona un poco alejada, apañandoselas como podían con los monstruos. Lo estaban haciendo bastante bien, sin embargo, ya que a cada rato aparecían más, les era imposible salir de ahí, y notaste como ya se estaban empezando a agotar poco a poco.
Bennett, uno de los miembros del equipo de Lumine, fue el primero en notar tu presencia, con sus ojos iluminándose de alegría al ver que finalmente llegó la ayuda.
