Royal Souls [L.S]

Prólogo

El pequeño omega miraba la escena sin comprender totalmente lo que estaba sucediendo, el miedo abrumador, al sentir el olor de su madre y la desesperación que este desprendía.

Se acercó rápidamente aullando confundido tristemente sintiendo en su interior la conexión que él compartía con la mujer desvanecerse paulatinamente.

El fuego inundó sus ojos lentamente, su pecho dolía y le costaba trabajo respirar, el sonido de una sirena de ambulancia lo sacó de su trance para aproximarse vertiginosamente a su casa en llamas.

Se derrumbaba entre escombros tan rápido que no podía asimilar su mente,

Sintió un agarre en la cintura para volver la mirada a un gran alfa con uniforme de policía que lo sostenía fuertemente.

—¡Mamá!—exclamaba entre sollozos y aullidos no siendo capaz de controlar el sentimiento en su interior rogando por el calor que los cálidos brazos de su madre siempre le brindaban después de un largo día de escuela.

Sin embargo, no obtuvo respuesta alguna, solo sentir el frío brazo que lo sostenía firmemente por el torso.

—¡Hey!, omega necesito que respires por favor. —

Repetía el hombre de uniforme mirando a los ojos cristalizados del pequeño. Pero Harry no podía despegar la mirada de la desgarradora escena que estaba presenciando.

Las paredes se derrumban ante sus ojos y con ellas se desvanece la belleza que estas alguna vez sostuvieron, consumidas por las llamas.

En su totalidad el entorno era gris, se podía oler la tristeza y desesperación en el ambiente.

Lo que hace unas horas era un lugar pacífico y feliz poco a poco se convirtió en la peor pesadilla del pequeño Omega que lo observaba.

Él no tenía noción del tiempo. Mantenía su mirada fija en la ventana superior derecha, el mirador de la habitación de sus padres que había sido su punto favorito para observar la luz del día y el mundo desde lo alto, ya no quedaba mucho de eso, únicamente un ventanal en cenizas que desprendía un humo penetrante.

Estaba desesperado y asustado sin saber lo que sucedía cuando salieron dos grandes figuras desde adentro con una camilla entre sus manos. Era el cuerpo de su padre. Harry se acercó a la camilla mientras un paramédico estaba cubriendo el rostro del alfa recostado pacíficamente. —¿Está bien? Por favor dígame que no se ha ido.— Suplicaba el niño mirando fijamente al hombre frente a él.

Pero su alma se rompió en el momento en que vio repetir la acción cargando el cuerpo sin vida de su madre.

—¡No!— Exclamó ahogándose en su propia voz

—Esto no está sucediendo Harry, es solo un mal sueño.—

Se decía a sí mismo el pequeño omega tratando de conciliar la cordura.

—¡Despierta!— Aulló.

—Despierta— Se repetía el cachorro con voz agitada comenzando a hiperventilar. La falta de oxígeno lo llevó a desmayarse Todo se volvió borroso, su cuerpo laxo encima del policía que lo sostenía para evitar lastimarse.