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*ADVERTENCIA: La muerte de este capítulo es bastante sangrienta, favor de tener discreción mis detectives*

Que la Directora Pram tuviese la magnífica idea de explotarse los ojos solo resultó en dos cosas: una ambulancia frente a la escuela y que el dúo de detectives novatos tuvieran más confusión aún. Ellos están parados afuera de la escuela tras la línea de cera viendo cómo enfermeros trasladan en una camilla a la Directora Pram. Esta acostada ahí con las manos sobre la una a la otra encima de su abdomen. Una venda cubre sus ojos. Lo que una vez fue una hermosa venda blanca ahora tiene sangre teñida en las dos áreas de los ojos. La subieron al trasero del camión.

—Seguro Mark hizo algo tan horrible como para que ella quisiese quedar sin vista a nada.— Mew cede a la única teoría en su mente.

—Debió de ser algo súper horrible porque, para hacer algo así... ¿Qué te haría sufrir tanto que sintieras la urgencia de explotar tus ojos?

—Probablemente — Mew se cruza de brazos pensativo casi abultando sus labios. —Que me dijeran que el mundo se estuviese acabando. Definitivamente no estoy preparado para algo como eso.

Sus palabras no vacilan. Van en serio. Se nota cómo su corazón se refleja en cada palabra cada vez escuchándose en diferentes tonados serios hasta llegar al tono neutral/normal de siempre. Gulf se le queda viendo con una sonrisa a medias.

—Me refería a algo real no a algo sobrenatural.

—¡Oh! Eh.

—Pero sí, yo tampoco quisiera ver eso.

Los ojos de ambos se encuentran por un breve momento. Las luces rojas e azules de la ambulancia parpadeando sobre ellos. Ni siquiera esas luces los pueden distraer de la mirada que se dan. Sin embargo, siempre es Gulf quién desvía la mirada primero. Ya van tres veces que lo hace por instinto natural. Haciendo difícil que caiga a los encantos de su compañero.

—Bueno, puedes,... Dejarme en casa.

—Sí, vamos.

Gulf aplaude sus palmas antes de seguir al chico del club.

🔪

En un par de dos horas, esa rebelde Chevy estaciona frente a la casa del moreno. —Una vez más: no tenemos nada.— Suspira frustrado el aspirante a detective mirando su casa a través de la ventana. Mew parpadea triste de verlo así, baja la cabeza un poco, pero se lo piensa.

—Bueno, descubrimos que Mark no era un santo. Momento. Qué pasa si...— Mew se encorva ahora sujetándose el mentón con dos de sus dedos mientras entrecierra sus ojos.

—¿Si qué?— Se intriga el otro.

—Qué tal si Mark la amenazo con algo. Probablemente se acostó con ella o tenía algo íntimo de ella. No sé, un secreto, unas fotos--

—¿Crees que se haya acostado con ella?— Sonríe Gulf fascinado por la idea de que estén llegando a algo con eso de la Directora.

Saca su teléfono de uno de sus bolsillos para llamar a la hermana de Mark.

Saca su teléfono de uno de sus bolsillos para llamar a la hermana de Mark

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𝗘𝗡𝗚𝗔𝗡̃𝗔𝗠𝗘, 𝗦𝗜 𝗣𝗨𝗘𝗗𝗘𝗦| MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora