Capítulo siete: Skype y el dulce Karma.

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Un par de semanas después.
*En Skype*

-¿Te has preguntado lo lindo que sería conocernos? Digo, eres mi mejor amiga y yo soy tu mejor amigo, te quiero muchísimo pequeña.  No puedo esperar para llevar a mi hermana al dichoso parque.-Suspiró y pasó su mano por su cabello negro azabache.

- Me hago la misma pregunta, ¿seras más alto que yo? ¿Tus abrazos me harán sentir mejor? Oh, Jakie.  En estos momentos te necesito más que nunca. -Sollocé contra la almohada y él cambió su semblante. 

- No llores, Lulu. Me haces sentir la peor persona por no poder darte un abrazo de oso, como te gustan y ver películas como acostumbras a hacer los sábados. -Sus ojos empezaron a cristalizarse y poco a poco una lágrima se iba deslizando lentamente por su rosada mejilla.

- Mamá llega cada vez más ebria y empieza a decirnos groserías, ayer intentó golpearme, le dice cosas horribles a Kathe y a su bebé, no sé cómo sentirme al respecto, solo sé que no se siente bien. Desearía poder estar contigo Jakie. -Sollocé nuevamente y limpié mis lágrimas con mi sweater. 

- Haré todo los posible para que el viaje se adelante y podamos conocernos. Anhelo verte,  Luce.  - Me lanzó un beso y lo "atrape", lo cerré en un puño y lo coloqué en mi corazón,  literalmente. 

-Deja de llorar ¡Maldición!  Me haces sentir mal, no me gusta verte así, Lulu. -Golpeó su cama con fuerza y me miró fijamente a través de la pantalla. 

-Dame fuerzas para seguir viviendo aquí. Quiero huir.

- Recuerda a Katherine y a Daniel que tanto te aman, que te adoran, eres como una hija para ambos. Te ama  muchísimo, así como te amo yo. 

-También te amo Jakie,  gracias por ser mi amigo.

-Venga.- Colocó su mano como en un arco y lo colocó frente a la cámara.  -Termina el corazón.  Le tomaré captura de pantalla.

-Vale.- coloqué mi mano frente a la camera y sonreí.

- Te paso la foto por chat, te ves preciosa sonriendo. Me encanta verte así. No más Lulu triste. Aunque el día esté gris, sonríe para darle un poco de brillo y colorsito.  -Empezó a reír al igual que yo.

-¿Quién te dijo eso? 

-Mi abuela siempre lo dice ¿por qué?  No lo sé. -ambos empezamos a reír a carcajadas.

- Vale, tu abuela está un poquito loca.- sonreí al igual que él. 

-¿Te he dicho lo hermosa que eres, Lulu? - Me sonroje de inmediato y le di una tímida sonrisa.

- Ay, Jakie...

-Enserio, pequeña. Eres la criatura más hermosa que mis ojos han visto.

- Jakie... -me interrumpió abruptamente. 

- No, no digas nada. ¿Cómo sigues con tu oído? 

- Mejor, ya con unas gotas que Daniel me compró me duele menos, dice que es por la gripe, pero estoy mejor.

-Me alegra muchísimo. ¡Oye! La otra semana cumplo 1 mes con mi novia ¿que puedo enviarle? - Preguntó,  cambiando de tema.

- No lo sé,  nunca he tenido un novio, no sé qué regalan ni que regalar, no sé cómo es ella, habla con Caroline, ella sabe mucho de eso.-Oh, oh. Tengo celos. Oh, Luce calma,  pacificate, control de la situación, no te sonrojes, no te sonro... ¡Tarde! Ya estaba roja como un tomate.

-¿Sucede algo, Lulu?

-No, solo que haces calor, ya sabes Orlando, el sol en su punto y todo eso. ¿Sabes? Iré a abrir el balcón, ya sabes, para que el viento entre y pueda refrescarme,  porque ya sabes, ante todo la comodidad. ¿Tu no tienes calor? Por que yo sí, tu también puedes abrir la ventana o sacarte la playera, porque ya sabes, hace mucho calor y ante todo la comodidad.  - Me abanique con el cuello de la sweater y abrí el balcón de inmediato.

-¿Sucede algo? -Preguntó extrañado ante mi repentino arrebate.

- Sucede que...-Caminé lentamente hacia mi cama nuevamente y tome asiento. Suspire. - Soy un idiota, en todo el sentido de la palabra. -Me acosté boca arriba en la cama y tomé cinco segundos para reflexionar y para caer en cuenta que estoy en un momento incomodo con mi mejor amigo y de un momento a otro cerré la computadora de golpe. Enterré mi cabeza en el colchón y grité de la frustración,  abrí nuevamente la computadora y sonreí. 

- Lulu, me estas asustando. ¿Así se ponen todas las mujeres en sus días?  - Preguntó riendo.

- Oh... ¿En mis días?  ¡Claro! Sí,  efectivamente.  Nos colocamos así siempre, es algo rutinario. Te levantas, ves la bandera de Japón en tus sabanas blancas, las lavas, aguantas los cólicos, tomas pastillas mientras te retuerces del dolor y ves a tus amigas felices llendo a piscina y tu sufriendo acostada en un sofá. - Sonreí como psicópata y me acomode para quedar de lado y hablar ya acostada. 

- Agradezco ser hombre.

-Yo también. -¡Pensé en voz alta, MIERDA! 

-¿Disculpa?

- Digo, para que no sufras como lo hago yo.

-Quiero ver tu hiperactividad en persona para calmarte con cosquillas y un abrazo de oso.

- Me ilusionas, más te vale venir, Jakie.

Tomé las cobijas y me cubrí. 

-¿Dormirás con el balcón abierto? 

- Tiene rejas, sólo abrí el vidrio. Me gusta dormir con el viento y no con el aire acondicionado. ¡Mañana te enseñaré la casa en el árbol!  La construimos los cinco cuando éramos unidos, la he re modelado al estilo Luce.

-¿Vómito de arcoiris?  Eres una fesita Pinkie. La cual quiero muchísimo. 

- No seas tonto, te quiero igual. Tiene un sofá blanco con unas almohaditas con la gama de colores primarios y fríos, la pared está pintada por mi, tiene muchas frases de mis escritores favoritos, frases para darme fuerzas, posters, cómics a montón, una radio con baterías recargables.- me detuve un momento para bostezar, mis párpados empezaban a cerrarse.- hay fotos mías con mis hermanos... También hay una mesa para dibujas y juguetes divertidos y dormir.

Me desperté por el sonido de una guitarra, me exalte y observé toda la habitación en busca de la guitarra,  pero no había nadie ¿Quién será?  Observé mi computadora y ahí estaba Jake sostiendo su guitarra y tarareando una canción. 

- Buenos días, dormilona.  Me levanté hace media hora y te veías como un ángel durmiendo. - Hizo sonar su guitarra nuevamente y sonreí.

-Buenos días,  tonto.- Quité cobijas y ¡Sorpresa! La bandera de Japón estaba. Por haber mentido me llegó el dulce y doloroso karma. Bufé y observé la cámara.  - Te llamo luego, te quiero. - Cerré la computadora y me levanté de la cama. Quite las cobijas y las llevé a lavar.

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¡Hola! He estado un poco desaparecida con esta obra y con el resto por motivos escolares y personales, pero ha valido la pena,  creo, porque fueron 0 materias las que perdí ¡Yeiii!  Espero y les guste éste capítulo que fue escrito en media hora JAJAJAJJAJA y bueno, las amo.

Amor a Distancia [PRÓXIMAMENTE EN LIBRERÍAS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora