Una guerra se forma entre el pueblo de los dragones del Sur y un grupo de terroristas que se encargan de casarlos. Los reyes desesperados piden refuerzos a el Reino de dragones del norte, dejando a su hijo Katsuki Bakugou a cargo.
Estaba dentro de la cueva dónde crecí, estaba un poco confundida y mi cuerpo pesaba, me las arregle para pararme y cuando salí el sol me segó por completo pero en vez de el bosque me encontré con el pueblo, todo el mundo me miraba extraño y comenzaba a susurrar.
Me sentía como si fuera un animal encarcelado, sentía un miedo intenso o mejor dicho sentía que iba morir de vergüenza.
Lo mejor que pude pensar en esa ocasión fue correr, la mirada de las personas era muy abrumadora como si esperaban que hiciera algo o que hice algo mal, poco a poco me faltaba el aire, caí de rodillas para recuperar el aliento pero aún escuchaba los susurros y sus ojos clavándose en mí
Me cerré los ojos con fuerza y puse mis manos en mis orejas esperando que todos se callen. Sentí como alguien me empezó a agitar y abrí los ojos de golpe
Amanda (se acuerdan de ella?): Señorita ____, se encuentra bien?
Mi respiración estaba agitada y sentía como tenía un sudor frío recorriendo mi frente
Amanda: Al parecer tuvo una pesadilla, tranquilícese
____: Si... disculpe que hacen aquí?
Dije notando a las dos mujeres de la vez pasada
Amanda: Estamos aquí para alistarla para la reunión que va a tener con el consejo
____: Ok, me podría decir la hora?
Amanda: Son las 5:30
____: Tan temprano es la reunión?
Amanda: No señorita la reunión es a las 8:00 pero aún tiene que bañarme, vestirse, peinarse y maquillarse.
____: Waaaa, tanto?
Amanda: Jajaja tranquilícese, es mejor empezar ya
Me levanté a duras penas. Las dos mujeres fueron al baño y Amanda al closet para ayudarme a escojer mi vestuario
Estuvimos por lo menos media hora hasta que por fin no decidimos con un vestido muy lindo
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Después de escojer el vestido, fui a bañarme. El agua tibia en mi cuerpo hacen que casi me duerma, a penas pude resistirme.
Salí del baño con una bata para encontrarme con las tres mujeres en mi tocador, me acerqué y pude notar como las ojeras por no dormir bien se notaban a kilómetros. Me senté frente al espejo para verme y era un completo desastre.
Amanda: Tranquila, le aseguro que se verá divina con un poco de maquillaje
No sabía que era exactamente el "maquillaje" pero si podía hacerme ver mejor probablemente sea mi salvación.
Colocaron algún especie de polvo el la cara con brochas cuyo color era igual al tono de mi piel, cerré los ojos mientras ella hacía su "magia" para después de unos minutos abrirlos y darme cuenta que la ojeras ya no estaban, me tocaba la parte inferior de mis párpados sorprendida.
