Capítulo 1

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Naruto al llegar a su departamento deshizo el clon, recobró todos los recuerdos de este, abrió los ojos con temor, pensó qué debía hacer - ts maldito clon- entró a su baño a tomar una ducha, terminando se alistó, tomó un botiquín de primeros auxilios que usaba cuando estaba pequeño y los aldeanos le daban algunas golpizas, varios paquetes de ramen, botellas de agua, unas mantas, ropa holgada, salió a conseguir muchas vendas y medicina que le faltaban en su botiquín, al salir utilizó un henge para que no lo vieran, así evitar que sospecharan.

Sigilosamente, utilizando su increíble habilidad para escapar y esconderse, salió de la aldea a su escondite, gracias a kami el lugar seguía ahí sin indicios de haber sido descubierto, era una pequeña cueva oculta por fuera con arbustos, se veía bastante pequeña como una madriguera, pero al entrar era del tamaño de su habitación, colocó unos sellos que Ero sennin le enseño cómo protección, para que no sintieran su chakra en un determinado lugar.

Al entrar, lo vió acostado en su viejo futón abandonado, lo usaba cuando requería esconderse de los aldeanos y de los anbus, este lugar le daba mucha tristeza, recordaba su desdichada infancia, sacudió su cabeza, comenzó a sacarle la ropa y a limpiarlo, fue con un balde al río para traer agua, tomó un paño viejo que lavó con cuidado, regresando observó al sujeto sobre el roído futón, el azabache era hermoso, con delicadeza limpió cada músculo tratando de ver lo menos posible, al terminar lo empezó a curar con las gasas y líquido para desinfectar cuidadosamente, estaba muy lastimado, tenía quemaduras en sus brazos y espalda,  varias heridas abiertas, vendó y trató cada herida con sumo cuidado, le inyectó antibiótico y medicamento para el dolor y desinflamar, recordó cuando era pequeño y tenía que cuidarse él mismo, había leído en ese tiempo un libro de primeros auxilios y de heridas menores que tomó de la biblioteca a hurtadillas, heridas que podía tratar, porque en el hospital no lo atendían y le daba pena molestar a su jiji todo el tiempo, además días después con el chakra de kyubi curaba por completo, salió de sus pensamientos, al terminar su labor, le colocó la ropa que usaba para dormir, esta era bastante amplia, él no tenía mucha ropa, lo que tenía Ero sennin se lo había regalado, casi todo su dinero se iba en comprar armas o alimentos artículos de limpieza y aseo personal en la aldea, todo era bastante caro para él, por lo cuál, le quedaba poco para ahorrar. Observó al chico, sólo esperaba que no se sintiera incómodo, se le veía un poco justa la ropa, el azabache era alto, con espalda amplia y músculos marcados, lo observó un momento un poco embelesado, su tes era aún más blanca que la de Sasuke, su hermoso rostro reflejaba mucha tristeza, cuando reaccionó, sacudió su mente nuevamente, lo cubrió con la manta que trajo y se quedó a su lado.

Más tarde preparó un pequeño fuego afuera, calentó agua para un vaso de ramen, apagó la flama, le puso tierra encima y volvió a entrar a la cueva para comerlo, al terminar de comer siguió cuidándolo un poco más- creo que mandaré un clon a mi departamento por si me buscan- además del clon que mandó a cubrirlo, mandó otro más a cobrar su dinero de misiones anteriores y la mensualidad que el sandaime le adjudicó hasta que cumpliera 19 años, lo cual no falta mucho, y con el sueldo gennin no le alcanza -debería sólo salir a la calle de compras con un henge, dejar de aferrarme a la idea de que los aldeanos me acepten, así podría comprar más barato como hoy y conseguir ahorrar- se acomodó en una manta, durmió toda la noche.

Al día siguiente cuando despertó, se lavó el rostro en el río, se quedó observando su reflejo- para qué estoy buscándolo?, él mismo rompió nuestros lazos, me estoy volviendo loco- talló su rostro con angustia, todas las mañanas se hacía esa misma pregunta, volteó hacia la cueva, recordó lo que le dijo el día de ayer al azabache en el bosque, cuando lo metió en un genjutsu antes de su pelea con Sasuke -lo traeré de vuelta porque es mi hermano- recobró energías, regresó a la cueva ya con mejor actitud.

Vio al azabache respirar un poco agitado, se acercó para tomar su temperatura con la frente -está caliente- salió por más agua al río, con el paño que uso ayer para lavarlo, lo empapó y escurrió un poco, lo colocó doblado sobre su frente, le dio nuevamente los medicamentos, lo volvió a inyectar, esperó a que su fiebre bajara- debería conseguir un suero y medicamento para la fiebre -mandó a un clon con henge a conseguir lo que ocupaba, otra manta de su departamento porque hoy hacía más frío. Mientras el clon hacía su encomienda fue al río a bañarse, lavar su ropa y la del azabache que aún se podía recuperar, los pantalones y la malla de abajo de su camisa. Después de comer, recibió al clon con el encargo, decidió bañar al azabache nuevamente porque había sudado mientras tenía fiebre, observó de nuevo su piel pálida y las cicatrices en esta, su marcado abdomen, su musculosa espalda y brazos, al final le colocó la ropa que lavó, le puso en la frente el parche para fiebre que el clon había traído, le colocó el suero en el brazo, no podía hacer más porque su conocimiento sobre medicina hasta ahí llegaba.

Nuevamente se quedó observando al azabache, pensaba con cuidado, qué lo habría orillado a masacrar a su clan?, en serio era malvado? Las veces que se habían encontrado, por lo que entendió, tenía órdenes de capturarlo, pero en ninguna de las ocasiones, aún teniendo oportunidad, lo intentó realmente, no sintió miedo real al estar junto a él, no era como con los aldeanos, que su instintole pedía que huyera, cuando cruzaba la mirada con él podía ver mucha tristeza en sus ojos, qué pasaría realmente para que hicieras eso? No podía creer que simplemente fue para ganar poder, si ya era poderoso, le daba la impresión que había una historia detrás de todo, recordó el último encuentro que tuvieron, esa sonrisa fue de felicidad cuando le dijo que salvaría a su hermano, estaba seguro de ello. Ahora que lo pensaba, en ese momento, su sonrisa era hermosa.

Naruto no se dió cuenta, pero estaba sonriendo sincero, sólo al recordar la sonrisa del azabache. Muy poca gente le sonríe con sinceridad, contadas con las dos manos, Ero sennin, la abuela Tsunade, Iruka, Kakashi sensei, Shikamaru, Konohamaru, Teuchi, Ayame y Gaara, sólo podía pensar en ellos, sino estuvieran ya se hubiera largado de la aldea y su sueño de que lo reconozcan hubiera quedado en el pasado.

Cuervo (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora