Lunes 23 de Marzo del 2015
Fuimos al colegio, estábamos a solo unas cuantas horas de partir y necesitábamos terminar un sin número de cosas. Esta era la recta final, ya no había forma de escapar de esto o volver hacia atrás. Yo intentaba evitar hablar del viaje para no ponerme más nerviosa de lo que ya estaba, pero era misión imposible, ya que a mi alrededor todos estaban concentrados en el mismo tema.
3:35 PM
Tenía tantas cosas por hacer que no sabía por dónde comenzar. Nunca antes me había pasado algo así, era como si todo el universo estaba en contra de que yo fuera al viaje.
Supuestamente en el viaje me tocaba predicar, yo nunca lo había hecho, y esto me asustaba un poco, bueno en realidad no un poco sino mucho, el pararme frente a un público desconocido me ponía de vueltas, así que después de terminar con mi equipaje, le pedí a mi madre que me ayudara a preparar mi sermón y a hacerlo bien.
Mis amigas Dolores y Azul iban a dormir en mi casa, pero ellas aun no llegaban y para completar mi equipaje estaba todavía vuelto un caos.
10:00 PM
Azul y Dolores llegaron, ya los nervios habían bajado un poco, pero yo todavía tenía esa sensación extraña en el estomago que me es difícil de explicar.
Esa noche fue maravillosa, no sé si era por el viaje o porque habíamos sido amigas por mucho tiempo, pero esa noche en vez de solo amigas compartimos como hermanas. Reímos y lloramos hasta no poder mas, jugamos, nos tomamos fotos hasta que el sueño nos venció a todas.
2:40 AM
Abrí los ojos y Dolores al parecer también acababa de despertar.
- ¿Qué hora es? - pregunte casi de inmediato.
- No lo sé.
- Revisa tu teléfono, no quiero llegar tarde, y además el taxi viene por nosotras a las 2:30...
- ¡Marsh! - Exclamo interrumpiéndome - Son las 2:40 AM estamos súper tarde.
- ¿En serio? Date prisa, despierta a Azul y prepárense mientras yo llamo a mis padres y al taxi.
En cuestión de minutos nos bañamos y nos preparamos, ninguna dijo palabra alguna, lo único que podíamos escuchar eran nuestros pasos mientras corríamos por los pasillos de la casa en búsqueda de nuestras cosas.
El taxi llego por nosotras y rápidamente mis amigas salieron con todas sus cosas, pero mis padres no me dejaban salir.
- Espera Marsh, ¿Tienes todas tus cosas? ¿Tus pantuflas, medicamentos, cepillo, ropa, dinero? - pregunto mi madre.
- Sí, tengo todo...
- ¿Y tienes tu teléfono?
- También está en mi equipaje.
- ¿Segura que no se te queda nada?
- Si lo estoy, me pasé toda la tarde en eso.
Se acercaron a mí y me abrazaron tan fuerte como si nunca más me volverían a ver. Mi padre me daba consejos para que no me pasara nada y mi madre no quería soltarme.
- Acuérdate de llamarnos y espero que lo disfrutes.
- Si lo hare, descuiden todo saldrá bien, al menos eso espero.
- Dios te bendiga mi amor, te amamos.
- Yo más, hasta luego.
Salí rápidamente, subí al taxi y nos fuimos.