Melodías del corazón [Bakugo x Lector]

[Confusión]

Al salir de su edificio no pudo ver a Todoroki cerca de ahí, hasta que prestó atención al vehículo que se encontraba justo en frente de la entrada, era... ¿Aki? ¿Qué demonios hacía ahí? Al parecer estaba acompañada...
Al acercarse un poco más al coche, divisó a otra persona dentro del auto, era nada más y nada menos que Shoto.

—¿Qué cree que hace este idiota?— murmuró furioso mientras caminaba hacia ellos.
Al parecer Aki no estaba prestando atención puesto que ni siquiera se dio cuenta de que alguien se aproximaba.

Como el chico era incapaz de controlar sus impulsos, decidió acercarse a la ventana de Aki y golpearla fuertemente con sus nudillos repetidamente, sacándola de su trance.
El rubio pudo ver el rostro de terror de la castaña, efectivamente estaba distraída. Katsuki rió para sus adentros, se vio un tanto tierna asustándose por eso.

Al ver que Bakugo ya estaba ahí Todoroki por fin se dignó a bajar del auto.
—Muchas gracias Kuronoma, nos vemos mañana.— enunció despidiéndose el chico bicolor.
—S-Sí, no es nada.— contestó Kuronoma, intentando no mirar por la ventana, ya que el rubio no despegaba su penetrante mirada de ahí, sentía que en cualquier momento su corazón iba a reventar. Su curiosidad fue suficiente como para girar su cabeza y encontrarse con aquellos ojos rojizos que la miraban con intensidad. Por un momento le sostuvo la mirada, permitiéndose ver algunos detalles de su rostro con mayor definición. El chico era bastante atractivo.

Katsuki por obvias razones no se dignó a despegar la mirada, al contrario, la sostuvo ya que no podía perder ante algo tan estúpido. Podía ver que Aki estaba un tanto nerviosa, era muy notorio, en especial en los movimientos de sus manos, así como en su respiración. Bakugo había aprendido a leer bien a la gente, sin embargo esa herramienta sólo lo usaba para beneficio propio.
Después de que Shoto se bajó del coche, Katsuki sólo se limitó a sonreír con sorna mientras golpeaba ligeramente la parte del cofre del coche mientras se retiraba.

Kuronoma se quedó atónita.
¿Qué acababa de ser eso? ¿Se estaba burlando de ella? ¿Fue una sonrisa con alguna intención? Sintió cómo sus mejillas se comenzaban a calentar, haciendo que un rubor las cubriera.
Después de unos minutos encontrándose en ese estado, por fin reaccionó; ni siquiera se dio cuenta en qué momento Todoroki abandonó el vehículo. Sacudió su cabeza, como si eso le ayudara a sacar de su mente a ese rubio explosivo.

—Maldito imbécil, está loco...— dijo mientras arrancaba el coche.
—Aunque su sonrisa es linda...— agregó mientras reía.
Al darse cuenta de ello abrió sus ojos como platos y su semblante pasó a ser uno serio.
—Uh oh...— cayó en la cuenta de que probablemente le estaba atrayendo. —No, su sonrisa no es linda, es horrible, parece un psicópata. ¿Cómo me pudo parecer linda? Ew, no.— intentaba convencerse de lo contrario, pero era inútil.

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Bakugo cerró la puerta tras sí, dejando pasar a su amigo primero para subir las escaleras; en su edificio lamentablemente no había elevador. 

—¿Qué hacías con ella?— preguntó con un tono serio y con cierta duda, aunque probablemente ya sabía cuál sería la respuesta.
—Como ustedes se olvidaron de mí, ella se ofreció a traerme hasta acá.— respondió con neutralidad.
—Uhmm, ya veo, ¿y no pudiste caminar?
—Tú sabes que el conservatorio queda lejos de aquí.
—¿Y en transporte?— rebatió el rubio.
—No tenía dinero.
—Qué inútil eres.— bufó mientras abría la puerta de su departamento. —Anda, entra.— agregó mientras le hacía un ademán para que se apresurara a entrar.

—Hola Todoroki— saludó Kirishima para acercarse a donde se encontraban.
—Hola Kirishima— respondió con neutralidad.

Eijiro y Shoto siguieron hablando de algunas cuestiones de la banda, mientras Bakugo se encontraba en la cocina, necesitaba un poco de tranquilidad para ordenar su cabeza y procesar lo que había ocurrido recién.