Melodías del corazón [Bakugo x Lector]

[Terribles coincidencias]

La castaña logró escuchar el ruido del despertador, sabía que era hora de levantarse. Echó un vistazo al reloj y se dio cuenta de que eran las 5:00 a.m., su primera clase comenzaba a las 7:00, por lo que debía darse prisa para llegar a tiempo a la universidad.
Aún en un estado somnoliento, logró ponerse de pie y tomar un baño. Con un poco más de energía, siguió con las demás cosas que tenía que hacer, como lavar sus dientes, peinar y secar su cabello; así como vestirse y maquillarse un poco. Ese día decidió usar un suéter de color beige, el cual era holgado de las mangas, pero aún así resaltaba un poco su cintura; en la parte de abajo se puso unos jeans ajustados de tonalidad clara y unos tenis blancos de calzado.

Antes de ir a desayunar, ordenó su pequeña habitación, dejando cada cosa en su lugar. Una vez hecho eso, fue a prepararse algo de comer. Al llegar a la cocina se dio cuenta de que con lo único que contaba en su despensa, eran botecitos de ramen instantáneo.

—Maldita sea... olvidé comprar comida de verdad. Supongo que me tendré que conformar con esto por ahora, ya en la universidad compraré algo, o yo qué sé.— se quejó en voz alta mientras procedía a calentar un poco de agua para verterla en el envase de los fideos.

Una vez que la sopa se coció, se sentó en la mesa que tenía como comedor y comenzó a consumirla. Al hacerlo, sacó su celular y buscó la dirección de la universidad, ya sabía dónde se ubicaba, pero debido a que era algo olvidadiza y torpe algunas veces, creyó que era buena opción consultarla una vez más.

Al terminar de comer sus fideos, tiró el recipiente, guardó su móvil y fue a su habitación a tomar su morral de color miel para guardar artículos que probablemente serían de utilidad en su primer día de clases; un par de plumas, un cuaderno y una laptop.

Antes de salir de casa, cepilló sus dientes nuevamente y roció una cantidad razonable de perfume en ella. —Listo, creo que ya está todo...— murmuró mientras daba una mirada rápida a su entorno. Al darse cuenta de que ya no le faltaba nada más, caminó hacia la puerta para retirarse de su apartamento.

Bajó las escaleras hasta llegar al estacionamiento del edificio para subir a su coche. Estando dentro del vehículo, acomodó sus pertenencias en el asiento del copiloto, aseguró su cinturón y se dispuso a comenzar con su viaje al conservatorio.
La universidad estaba a unos 20 minutos de su casa en coche, y en ese preciso momento, eran alrededor de las 6, así que tenía mucho tiempo de sobra.

Mientras conducía a su destino, decidió escuchar su preciada playlist en las bocinas de su auto y en automático se reprodujo "Dancing Queen" de ABBA.

La música hizo que el trayecto fuese bastante ameno y que los ánimos de la chica se elevaran por los cielos; había estado esperando toda su vida por este momento, así que quiso que su primer día fuera perfecto.

Al llegar a la institución, estacionó su coche, tomó sus cosas y salió del vehículo. No la vayas a cagar Aki... se dijo a sí misma mientras caminaba hacia la gran entrada de la gigantesca universidad. A decir verdad, Kuronoma estaba bastante nerviosa, conocer y socializar con gente nueva no era su fuerte, nunca lo fue, y mucho menos lo iba a ser si toda su vida vivió en un pueblo en donde todos se conocían.

Al entrar, vio que varios alumnos ya estaban empezando a poblar el espacio, algunos se encontraban en una de las cafeterías que habían por ahí, otros caminando hacia su aula correspondiente. Sentía como si su corazón se fuese a salir de su pecho, sus manos incluso comenzaban a presentar un ligero temblor, enserio le daba mucho pánico. Intentó calmarse y respirar hondo, mientras que en su mente se repetía muchas veces que todo estaría bien.

Sacó el celular de su bolsillo para ver la hora. 6:30, faltaban aún 30 minutos para entrar a clases, así que para tranquilizarse, fue a la cafetería más cercana a comprar un brownie y un té. Tomó asiento en una de las mesitas que se encontraban por ahí para poder comer a gusto. Al cabo de unos quince minutos, decidió levantarse e ir a buscar el salón de clases que le correspondía.