Definitivamente beber había sido el peor error de su vida, comenzó a llorar tan pronto como terminó de beber en cuarto vaso de lo que sea que le hayan ordenado sus amigos, todo estaba bien, pero su cabeza volvió a jugarle una mala pasada, sentía su aroma tan cerca que las ganas de salir a buscarlo pudieron más que su razón y lo pudo encontrar.
Claramente no era Jimin, se trataba de una alucinación que había creado con los recuerdos que tenía de su ex pareja. Aún tenía el cabello castaño, aún no cambiaba su perfume con olor a cítricos, básicamente era el Park Jimin que conoció en la universidad, cuando todo era felicidad.
—Debería recordarte justo como cuando te fuiste. No de esta manera, no sonriéndome así.
Un par de hombres que caminaban cerca al callejón donde estaba la salida del establecimiento, lo observaron hablar al vacío y sintieron pena por su miserable vida aunque también se encontraban ebrios, por lo menos no tenían problemas amorosos.
—Tienen más problemas de los que preocuparse.—soltó en falso Jimin y Jungkook sonrió.
—Defitivamente eres parte de mi imaginación, es justo los que iba a decir. Dime, ¿En qué estoy pensando?—lo retó.
—En peras.
—Exacto, las peras son deliciosas. A Jimin le gustaban.
—¿Le gustaban?
—Se supone que eres Jimin, no me preguntes.—le regañó.—Cielos, no puedo crear ni una buena copia suya. Estoy ebrio y solo, ahora falta que llueva y todo se vaya a la mierda.
Una gota de agua cayó al suelo y Jungkook se culpó por la terrible suerte que estaba teniendo, a parte de que sus ojos no enfocaban el camino, ahora podía caer al suelo por resbalarse.
—Odio esta vida. ¡Quiero ese maldito pimpollo rosa!
—Señor, ¿Se encuentra bien?—preguntó una mujer mayor que se pasaba por donde se encontraba Jungkook.
El menor intentó levantar la mirada para identificar de quién se trataba, pero solo logró asustarla con la mueca que hizo.
—Lo siento, estoy bien. Deje que me hunda en mi inmundicia, tal vez Dios se apiade de mí y me derrita junto a la lluvia.
La mujer aceleró el paso escapando de Jungkook pensando que se trataba de un tipo desquiciado.
—Vaya, ahora asusto a abuelitas. ¡Dónde está el remedo de Jimin!
—Aquí.—respondió
—Sirve de algo y ayúdame a llegar hasta la pared de allá.—ordenó señalando a la derecha.
—No puedo, no seas idiota. Soy un simple recuerdo. ¿No has visto películas futuristas?
—No me insultes con esa cara, Jimin me daba mucho amor, remedo de holograma.—intentó llegar hasta la pared del edificio que se encontraba a la derecha para sostenerse, pero se resbaló en el intento.
Empapado, en el suelo, ebrio y observando a un invento de su imaginación y varios tragos de alcohol, con el rostro de la persona que más amaba, así de miserable era su vida.
—¿Estás llorando o es por la lluvia?—preguntó el remedo de Jimin que ahora tenía la voz de su hermano menor.
—¿Tu qué crees?—respondió sollozando.—Y no cambies tu voz, por lo menos eso lo recuerdo muy bien y es reconfortante.—dijo rompiendo en llanto en medio de la calle que por el horario, no era tan transitada.
Limpiaba sus lágrimas con la basta de sus mangas, y continuaba con su llanto, aunque realmente no servía de nada, a este punto toda su ropa estaba empapada.
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Hate Everything
FanfictionOdio que tenga que ser fuerte, odio que te hayas ido, odio todos mis defectos, odio que ames a alguien más, odio todo. Ahora estoy parado solo bajo la lluvia como el tipo de película que solíamos odiar. Desearía poder recuperar el tiempo, pero sé qu...