CAPITULO 22 PAN DULCE

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Primer día antes de la boda

La noche seguía fría en los oscuros pasillos del lugar, pero eso no le impidió salir para poder tomar algo de agua. Aunque quisiera escapar, no podría, pues el anillo oscuro le prohibida hacer su voluntad. Yakko, salió del su cuarto para bajar directo a la cocina, aunque sabina le había ordenado que no saliera de su habitación, no le importaba, era un Warner después de todo, y los Warner tienen la mala costumbre de desobedecer reglas y hacer su santa voluntad, bajo despacio para no despertar a Brad, quien dormía a unos cuantos cuartos más adelante, y bajo con mucho cuidado las escaleras para no rodar o no hacer ruido, tal vez algún sirviente se encontraba a las 3 de la mañana haciendo alguna cosa. Temeroso de que saliera algún ser maligno, cruzo el pasillo y finalmente llego al lugar. había una señora un poco más grande, gordita y con canas en sus cabellos y con el un cocinero quien hablaban en voz baja.

- Haaaaaa buenas... ¿noches? -decía Yakko, algo temeroso mientras ocultaba su rostro en la puerta - quisiera ver si me podían regalar un poco de agua, es que tengo sed-

Pensaba que a lo mejor no era bien recibido, que le pondrían caras o que lo ignoraría, pero, todo lo contrario, los sirvientes se alegraron al verlo y lo tomaron del brazo para sentarlo. Cerraron la puerta y le ofrecieron incluso la cena dándole agua y un poco de pan dulce. Yakko se negó al inicio, pero al ver el pan dulce, su corazón cambio rápidamente. A él le encantaba esos panes, pues cuando era un niño de la calle, alguien se los ofreció.

- ¿Acaso eres amante del pan señorito? - pregunto la señora quien le miraba con ternura. Yakko no dijo nada, solo seguía comiendo. Hacía mucho que no probaba el pan y le sabia a gloria. Los sirvientes le dieron una canasta de pan y su agua en la jarra. Subiendo tranquilamente se había olvidado de que hacía mucho frio. sin embargo, al entrar a su alcoba, su pan fue regado en el piso, al ver a la hechicera maléfica sentada en su cama mirándole seriamente.

- ¡Me asustaste! - exclamo algo agitado. Recogiendo su pan.

- Creí que te habías escapado- decía maléfica aun con su porte serio

- Lo intentaría, pero cada vez que abro la puerta que hicieron mis hermanos, algo me lo impide.

Maléfica ve el pan tirado en el piso, y con un ademan de su dedo, logra elevarlo para finalmente ser recogido, haciendo que Yakko quedara impresionado por lo que había visto

-¡genial!, también ¿puedes hacer que se transformen en algo? -preguntaba emocionado mientras ponía su canasta cerca de la cama

-si te comes ese pan- decía maléfica mientras se levantaba -te dolerá el estómago en la mañana. Mejor comételo en el desayuno.

- la verdad, es que se me quito el sueño, - dijo Yakko al mismo tiempo que cortaba uno de sus panes, - quieres un pedazo?. Tengo este que se llama cuernito, y este otro me dijeron que se llama pastelazo. Me encanto en cuanto lo probé.

Maléfica se detuvo por un momento, para agarrar el cuernito que Yakko le ofrecía, el joven estaba esperando pacientemente mientras ella escogía uno. Finalmente, maléfica le apago la luz y se fue tranquila, cerrando su puerta. Yakko había sido arropado por ella, y se sentía muy raro.

-mmmmm, no sabía que los villanos podían arropara a sus enemigos- se decía entre sus pensamientos. Miro su reloj nuevamente, era el primer día que llevaba en el castillo, y eran las 4 de la mañana. Falta pocos días para la boda de Brad, y Max no daba luces de aparecer. Estaba asustado, temía que, en cualquier momento, Brad, aparecería para hacerle algo que él no quisiera, tenía que idear una buena estrategia para poder defenderse del anillo oscuro que le estaba doblegando a cualquier método.

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